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¿Cuántos años más sin “educación emocional” en la educación reglada?

María Peiro

Publicado el 08/04/2019 13:04

¿Es menos importante gestionar un conflicto interpersonal o intrapersonal que acentuar una palabra o saber dónde desemboca un río? Siguen pasando los años y las incorporaciones de estos contenidos dejan mucho que desear, incorporándose “de puntillas” en algunos talleres del aula o tutorías sin una evaluación objetiva de las habilidades sociales del alumnado.

Tanto la educación emocional, que -como indica (Bisquerra Alzina, 2005) tiene un carácter preventivo-, como los mecanismos de defensa, son temas que se debería conocer para afrontar la vida de una manera más segura y evitando complicaciones que se desarrollan por el desconocimiento de algunos conceptos, herramientas y estrategias relativos a este tema. Son unos conocimientos básicos que prevendrían actitudes y reacciones no del todo apropiadas y por ende sus consecuencias propias y ajenas.

¿Qué ventajas se obtendrían?

Las emociones, ¿Influyen en la atención? Esta cuestión se ha estudiado mediante “el paradigma Stroop” el cual parece indicar que una palabra con contenido emocional, “marca” más que una palabra “neutra”, como puede ser un objeto o un número (Whalen, Bush, McNally, Wilhelm, Jenike, et al., 1998).

Las emociones ¿Influyen en la memoria? Las emociones influirán tanto en el proceso de “codificación” como en el de “recuperación” de la información, las personas recordarán con mayor facilidad el contenido si éste tiene una implicación emocional (Fernández-Abascal, García Rodriguez, Jimenez Sanchez, Martín Díaz, & Dominguez Sánchez, 2011, pág. 176) .

Las emociones influyen en la resolución de conflictos, internos y externos. Así (Fernández-Abascal, García Rodriguez, Jimenez Sanchez, Martín Díaz, & Dominguez Sánchez, 2011), nos recuerdan que si nosotros contamos con un estado positivo en nuestras emociones, las salidas a los conflictos y por ende la resolución de estos contarán con más alternativas y seguramente más originales que si nuestras emociones están pasando por un momento negativo. De esta manera, un mismo problema en una misma persona puede tener diferentes respuestas según el momento emocional en el que se encuentre.

Otro autor reconocido esta vez el Dr. Agüero, señala la importancia de conocer las emociones propias, para saber qué ocurre en nuestro organismo. Este autor sostiene que el estrés y las emociones llevadas al límite o como él indica a la “sobreadaptación”, (cuando afrontamos situaciones que nos provocan una exigencia superior a la habitual, o que debemos hacer un sobresfuerzo, probablemente nuestro organismo reaccione con un “cuadro” de estrés), (Agüero, 2015, pág. 49) pueden provocar y provocan en un periodo menor o mayor de tiempo una reacción psicosomática. Esto es difícil de explicar a veces a personas que se encuentran en estas situaciones, ya que cuesta entender que el estado de alerta de nuestro organismo, ayude o provoque una dolencia física. ¿Por qué no explicamos estos conocimientos antes de que les pueda ocurrir y conozcan de su existencia, con la posibilidad de buscar alternativas antes de que desencadenen en problemas de mayor índole?

Evidentemente, no sería la panacea. Pero, ¿Es probable que el hecho de tener un autoconocimiento, seguridad en sí mismo, reflexionar, relacionarse con los demás de una manera apropiada, abrir posibilidades en resolución de conflictos, etc, no haga del alumno una persona solitaria con carencias y vulnerable? ¿No son muchas de las adicciones actuales (móvil, ludopatía, alcohol, drogas) la respuesta dada por las personas para cubrir esas carencias?

¿Es posible educar las emociones? Romero Pérez (2006-2007) aporta una respuesta afirmativa, trasladando la idea de que tenemos un “equipamiento neuronal”, necesitando para ello la educación, y “haciendo emerger la condición humana”. Ahora bien, ¿Por qué no lo hacemos?

¿Qué preparación debería tener el docente?

El tratamiento de estos temas en el alumnado conllevaría una preparación por parte del profesorado. La mayoría de conocimientos que el profesorado debe impartir, deben estudiarse, practicarse, evaluarse, pueden ser estudiados de memoria o captar la esencia de los conocimientos. Sin embargo, en los temas citados en este artículo, la educación emocional y los mecanismos de defensa, no es suficiente con que el profesorado busque información, la ponga en un documento y la reparta entre sus alumnos sino que, el profesorado debe estar en el “barco” de la educación permanente (Bisquerra Alzina, 2005). Estos contenidos es necesario conocerlos, sí, pero además interiorizarlos para poder explicarlos. Esto conlleva hacer uso de ellos y demostrar que haces uso de ellos de manera interiorizada o como indica el mismo autor, tienes “competencia emocional”. Sólo mostrando nuestro ejemplo haremos conscientes a nuestros alumnos de la importancia de estos contenidos tanto para ellos mismos, como para tratar con el resto de personas. Lo que será un primer paso, pero insuficiente. Deberíamos acompañar al alumnado, facilitarle nuevas opciones y nuevos puntos de vista ante posibles conflictos que puedan encontrar. Plantar la semilla del autoconocimiento, del crecimiento personal, del autocontrol, situándonos al lado del alumno.

Por ello es importante que el profesorado que imparta estos contenidos, esté formado y conozca cómo transferir a los alumnos la esencia de estos contenidos. El profesorado puede ampliar o estabilizar sus conocimientos a través de enseñanzas regladas o no regladas de las diversas temáticas relacionadas con las habilidades sociales, debido a que muchos conceptos están relacionados unos con otros o se complementan los unos a los otros. Pero no ha de olvidar, poner en práctica en sí mismo, llevando a cabo un estado consciente de sus sentimientos, reacciones, vivencias, que le permitan ver con objetividad los sucesos. De esta forma, y comprobando en sí mismo la importancia de poseer estas habilidades, facilitará que el profesorado llegue al alumno.

Entre los conceptos que pueden interiorizar o preparar el profesorado son: Emociones, sorpresa, asco, miedo, alegría, tristeza, sentimientos, ansiedad, hostilidad, humor, felicidad, amor, culpa, vergüenza, orgullo, autoconocimiento emocional, autocontrol emocional, automotivación, inteligencia emocional, asertividad, resilencia, modelos de comunicación, mecanismos de defensa, entre un largo etc.

En mi opinión, se debería abordar de manera curricular a lo largo de la etapa educativa obligatoria, ya fuera de forma transversal o incluida en alguna asignatura. Conceptos como “habilidades sociales”, “educación emocional”, “asertividad”, “resilencia”, “mecanismos de defensa”, entre otros deberían ser incluidos de manera teórica o práctica para dotar de herramientas a nuestro alumnado, seguramente aumentando su calidad de vida y facilitando nuestra labor docente.

 

Bibliografía

Agüero, A. E. (2015). Emociones que curan, emociones que enferman. Barcelona: Del Nuevo Extremo.

Bisquerra Alzina, R. (2005). La educación emocional en la formación del profesorado. Revista Interuniversitaria de Formación del profesorado.

Bisquerra, R. (2011). Educación emocional. Bilbao: Desclée.

Caballo, V. (2007). Manual de evaluación y entrenamiento de las habilidades sociales. Paracuellos del Jarama (Madrid): Siglo XXI.

Castro, A., Kelly, J., & Shih, M. (2010). Resilience strategies for new teachers in high-needs areas. Teaching and Teacher Education, 622-629 https://moo27pilot.eduhk.hk/pluginfile.php/379344/mod_resource/content/1...(2010).pdf.

Fernández-Abascal, E. G., García Rodriguez, B., Jimenez Sanchez, M. P., Martín Díaz, M. D., & Dominguez Sánchez, F. J. (2011). Psicología de la emoción. Madrid: Editorial dentro de estudios Ramón Areces,S.A. .

Freud, A. (1984). El yo y los mecanismos de defensa. Barcelona: Planeta de Agostini.

Goleman, D. (1999). La práctica de la inteligencia emocional. Barcelona: kairós.

ICA Formación. (s.f.). Entrenamiento en habilidades sociales. España: Interconsulting Bureau S.L.

Romero Pérez, C. (2006-2007). ¿Educar las emociones?: Paradigmas científicos y propuestas pedagogicas. Cuetiones pedagógicas, 105-119.

Salovey, P., & Mayer, J. D. (s.f.). Emotional Intelligence. Obtenido de http://ei.yale.edu/wp-content/uploads/2014/06/pub153_SaloveyMayerICP1990...

Universidad Iberoamericana de León. (Abril de 2016). Mecanismos de defensa Anna Freud. Obtenido de Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=6xmyiEfYc6A

Universidad Iberoamericana de León. (Marzo de 2017). Mecanismos de defensa. Obtenido de Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=UJNW3f-Iku0

Valmaseda Balanzategui, M. (2009). La alfabetización emocional de los alumnos sordos. Revista Latinoamericana de Educación inclusiva, 147-163.

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