En los últimos años, son muchos los docentes que se han sumado al carro de educar y fomentar en el aula por medio de actividades la inteligencia emocional. Son muchas las teorías que afirman que un correcto desarrollo en el área de la inteligencia emocional asegura  un correcto desarrollo integral del alumnado. ¿Qué tipo de actividades podemos llevar a cabo en el aula para fomentar el desarrollo óptimo de la inteligencia emocional?

- Dominó de los sentimientos. El principal objetivo de este juego es el de ampliar el vocabulario de las emociones y fomentar el trabajo en equipo. La dinámica del juego es la misma que la del tradicional dominó, solo que en vez de números utilizaremos emociones. Al finalizar, podemos debatir sobre las diferentes emociones que hemos visto en el juego así como de las diferentes estrategias que se han utilizado en el equipo para ganar la partida. 

- Diario de las emociones. Con este juego vamos a conseguir que nuestro alumnado dibuje sus estados emocionales y que acaben siendo conscientes de cuándo sienten cada emoción así como de las diferentes consecuencias que puede tener cada una de ellas. 

- El observador. En esta actividad, los niños y niñas deben observar las expresiones emocionales de las personas de su alrededor como sus padres, abuelos o hermanos. Para ello les pediremos que diferencien entre la expresión oral (qué dice y cómo lo dice) y del lenguaje no verbal (gestos, tono de voz, posición del cuerpo, etc.) 

- ¿Qué estará pasando? Se trata de una actividad que se trabajará por medio del role-playing. Plantearemos diferentes situaciones que el alumnado debe poner en marcha por medio de la dramatización. El resto de compañeros serán los encargados de definir cómo creen que sentían sus compañeros en esa situación concreta. Esta actividad es ideal cuando partimos de situaciones reales. 

- La acusación. Es una actividad en la que se pondrá al alumnado en la situación hipotética de que estamos acusándolos de un mal comportamiento, esto puede llevarse a cabo a través de un cuento por ejemplo. La actividad consiste en que el alumnado redacte una serie de emociones que sentirían si esto fuera realmente así y cómo reaccionaría ante dicha situación, explicando brevemente qué harían para darle una solución. 

Son muchas las actividades que podemos llevar a cabo en el aula para desarrollar la inteligencia emocional. Pero lo más importante a la hora de decidirnos por una u otra es escoger aquella que realmente se adapte a las necesidades de nuestro alumnado o si necesitamos algún tipo de actividad concreta para paliar un problema que haya surgido en el aula. 

¿Has probado algún tipo de actividad concreta que haya funcionado? ¿Cómo desarrollar tú la inteligencia emocional en el aula?