El lenguaje oral es nuestra principal herramienta de comunicación, por lo que es esencial velar por su correcto desarrollo desde edades tempranas para evitar futuros problemas como por ejemplo es el caso de la dislalia.

La dislalia  produce que los niños y las niñas no sean capaces de producir ciertos sonidos, o bien que los sustituya o los invierta por otro. Por ejemplo en vez de decir “pelota” dice “pedota” llegando en ocasiones a ser incomprensible aquello que nos quiere transmitir. ¿Qué tipo de actividades podemos llevar a cabo para trabajar y mejorar la dislalia?

Ejercicios del paladar.

Soplar algún tipo de instrumento u objeto
Hacer gárgaras
Bostezar

Ejercicios de la mandíbula.

Inflar y desinflar las mejillas con aire
Abrir y cerrar la boca a distintas velocidades
Mover la mandíbula inferior de un lado a otro
Articular exageradamente pero sin emitir sonido alguno
Masticar chicle (o imaginarlo)

Ejercicios con los labios.

Juntar los labios y colocarnos como si estuviéramos dando un beso
Hacer el ruido de un motor con los labios
Imitar animales como por ejemplo, un pez
Silbar

Ejercicios con la lengua.

Sacar y meter la lengua manteniendo la boca abierta
Intentar tocar la nariz con la lengua
Con la boca cerrada, mover la lengua dentro de la boca tocando los laterales

Uno de los juegos que más popularidad está alcanzando para aplicarlos en el aula es el dado fonético gigante. Podemos construir un dado gigante con cartón o goma eva y en cada una de las caras poner las letras que más cuesta a nuestro alumnado pronunciar. El juego consiste en que cada vez que un niño tire el dado tiene que decir una palabra que empiece o que contenta la letra que le sale.

A continuación podéis ver un vídeo en el que se ve una demostración de este juego.

Otra actividad que se puede desarrollar en el aula es la de repetir palabras sinfones con un fonema determinado. Os dejo aquí el enlace un vídeo en el que se trabaja con el fonema “r”.