Los centros educativos no son solo un espacio en el que los alumnos y alumnas adquieren conocimientos, sino éstos son un fiel reflejo de la sociedad y por ello la escuela debe ser un contexto clave para la sensibilización, detección y prevención en y para la igualdad.

Seguramente, si preguntásemos a toda la comunidad educativa si sienten que se produce una educación androcéntrica, la respuesta sería negativa, puesto que no son conscientes de lo que el curriculum oculto conlleva, además porque ciertos comportamientos sexistas los tenemos arraigados como “normales” socialmente.

Tal y como señala Subirats (2016), hoy en día no se habla de una existencia clara de sexismo, puesto que no es tan evidente como antes (lo cual no implica su inexistencia), pero sí nos encontramos ante un sistema educativo sesgado en relación al género, una escuela que no educa igual a chicos y chicas, lo cual influye en su futuro laboral y una escuela que no nombra a las mujeres, no muestra mujeres referentes, las invisibiliza.

Trabajar la igualdad de género desde la escuela, especialmente con los niños y niñas de Educación Infantil y Primaria, puede ayudar a eliminar los estereotipos relacionados con el género y, por consiguiente, a prevenir situaciones de discriminación sexista en el futuro.

Modificar los contenidos sexistas en los materiales educativos, formar al profesorado en propuestas pedagógicas como la coeducación, así como realizar cambios físicos en los propios espacios de las escuelas que favorezcan la igualdad de género son algunas de las ideas para poder cambiar los estereotipos sexistas desde la primera infancia. Además debemos tener en cuenta que tanto los docentes como las familias deberían trabajar juntos para romper estereotipos y favorecer la igualdad de género tanto en la escuela como en la sociedad en general.

Algunas de las actividades o juegos para trabajar la igualdad de género en primaria pueden ser:

• El juego de las tarjetas: Solo hacen falta unas sencillas tarjetas con cartulina. En algunas de ellas se escriben frases sobre la igualdad y, otras, en las que aparezcan estereotipos sexistas. Por ejemplo, puedes poner afirmaciones como “los niños y las niñas somos iguales”, “los niños juegan mejor al fútbol que las niñas” o “los niños no saben coser”. Cada vez que saques una los niños deberán decir si creen que es verdadera o falsa y el motivo. De este modo empezarás a trabajar en eliminar confecciones equivocadas sobre los sexos.
• Igualdad y corresponsabilidad: Se le entrega un papel y un bolígrafo a todo el alumnado. Deben escribir escriban un listado de tareas cotidianas que hacen los diferentes miembros de su familia. Al lado de cada una de las tareas deberán poner el nombre de quién la realiza. A las tareas domésticas hay que añadir otras como el trabajo, el estudio o las actividades extraescolares. Cada una suma un punto en el casillero del miembro de la familia. De este modo, los niños verán quién ocupa más tiempo en el trabajo diario. La segunda parte de estos juegos de igualdad consistirá en fomentar la corresponsabilidad y redistribuir las tareas entre los miembros de la familia.
• Cuentos al revés: Muchos cuentos tradicionales otorgan un papel de sumisión a la mujer. La intención de estos juegos de igualdad es cambiar el rol de los personajes y convertir a las princesas pacientes a la espera de su príncipe, en divertidas y luchadoras guerreras que buscan sus propias oportunidades. Sienta a los niños en círculo y haz que uno de ellos inicie la historia. El siguiente continuarán la narración haciendo que los papeles de los personajes de ambos sexos sean igualitarios. Si algún niño incluye algún comportamiento sexista en la narración el adulto parará el cuento y preguntará a los demás cómo debe continuar.

Como dijo Nelson Mandela, “La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”, Por lo tanto, la tarea educativa debe tener como objetivo primordial la creación de una sociedad mucho justa y equitativa donde se estimule una valoración positiva de las diferencias de género partiendo de la idea que hombres y mujeres tienen los mismos derechos y oportunidades. En este caso, la mejor “arma”es la coeducación.