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La Educación vial, como factor de prevención para la accidentalidad vial.

mburgos1313

Publicado el 05/10/2019 20:10

Introducción

La seguridad vial, se ha convertido en uno de los grandes problemas y retos que se plantean desde las sociedades contemporáneas, debido por un lado, a los dramas sociales que años tras años, dejan la cantidad de personas fallecidas y heridas y por otro lado, el aumento del número de condenas que se pueden hacer visible.

Mediante esta  formación vial, se hace patente que la mejor herramienta para mejorar el comportamiento vial, es a través de la Educación vial, pero desde una perspectiva intergeneracional, una educación que vaya más allá del aprendizaje de normas y señales y se centre en la trasmisión de habilidades, conductas, idóneas para interactuar de forma idónea en las vías urbanas, ya sea como conductor, pasajero o peatón.

La problemática vial.

Desde que el 29 de enero de 1886, en pleno desarrollo de la Revolución Industrial, el ingeniero alemán Karl Benz patentó el primer automóvil, el desarrollo del automóvil provocó desde su nacimiento, una auténtica revolución en la vida social, política, económica de los diferentes países, ciudades pero también conllevó una serie de problemáticas debido a la creciente motorización de la población.

Estas problemáticas, se puede resumir principalmente, en los que se ha llamado los accidentes de tráfico, la cual se puede visualizar a través de dos obras clásicas:

Checa y Ceamanos (1997), los cuales lo definen como:

El resultado de una conjunción o concurrencia desfavorable de múltiples factores (la vía y su entorno, vehículo, conductor y usuarios, condiciones meteorológicas o ambientales) en un momento y lugar determinados. (p.12)

Esta primera definición se puede complementar, por medio de las palabras propuestas por Peden et al (2003) “Suceso o serie de sucesos que cabe someter a un análisis racional y a la aplicación de medidas correctivas, con el objetivo de romper con la creencia generalizada de que son inevitables e impredecibles”. (p.3).

Esta realidad, se traduce en la cantidad de víctimas mortales y personas lesionadas, que año tras año, se producen en el mundo y de forma concreta en España.

Es interesante mostrar el siguiente gráfico, que nos muestra, desde 1960 a 2015, la cantidad de fallecidos en las vías urbanas e interurbanas. 

Gráfico nº1: Número de fallecidos en vías urbanas e interurbanas en 1960-2015.

Fuente: DGT (2017).

A partir de estas cifras, la tendencia ha sido la disminución, debido a la mejora de los factores de riesgo anteriormente señalados, a lo que se le añadiría las campañas televisivas de la DGT, las cuales en la actualidad están siendo muy criticadas.

Además de la situación tan dramática que provocan los accidentes de tráfico, existen otras problemáticas, tal como se pueden observar en la obra de Jiménez (2013):

Tránsito intensivo y la invasión del espacio por el aparcamiento y vehículos, crea problemas de salud pública, atascos, contaminación acústica, polución ambiental, consumo incontrolado de combustible, pérdida de horas de trabajo y de ocio, cambios en los patrones de relación social (…) agotamiento de los recursos naturales, pérdida de biodiversidad al invadir los espacios naturales y modificar irreversiblemente en ocasiones de vida de los seres que los habitan (p.2).

La conclusión que se puede obtener a través de los análisis de los datos históricos, es que nos encontramos con una realidad evitable, tal como se puede analizar en las novedades introducidas tanto en los  aspectos legislativos así como en la  mejora de la seguridad en las vías, vehículos, entre otras mejoras, ha servido para mejorar la siniestralidad vial.

Por último me gustaría acabar con las palabras de Montoro (2008) “a pesar de ser un gran problema de salud, muchas veces nos preguntamos por qué la sociedad acepta con tanta pasividad las estadísticas” (p. 17).

Las Causas de los accidentes de tráfico    

Tras analizar las cifras, es interesante mostrar que existen varios factores, que explican esta realidad tan dramática, se pueden clasificar en humanos, en factores provocados por las infraestructuras y generados por el vehículo.

Si se analiza dichos factores, nos encontramos cómo en las diferentes fuentes consultadas (National Highway traffic safety admnistration (1979); Saiz, Alonso y Donnapollock (2002);  Montero (2008);  Fierro (2015); Santos-Jiménez (2016); Parente (2016)), nos sitúa que entorno al 70-93% de los accidentes de tránsito son provocados por infracciones humanas.

Estas infracciones se pueden resumir, en el exceso de velocidad, conducción bajo los efectos del alcohol u otras sustancias tóxicas, distracciones por el uso de las nuevas tecnologías ( uso del móvil mientras se conducen, manipulación del GPS, entre otras cuestiones) en menor medida por otro tipo de distracciones fuera de la realidad tecnológica así como la no utilización de los sistemas de seguridad, como el uso del casco en los motoristas, no llevar el cinturón de seguridad en los turismos así como no llevar puestos los sistemas de sujeción adecuado en el caso de llevar niños/niñas como pasajeros (Ramos; Salvador; Atienza; Forcada; Elizalde y Buera, 2018).

Estas conductas, se puede visualizar, de forma más concreta, en los datos que nos aporta la DGT para el año 2016, siendo publicado en el año 2017:

Alcohol y Drogas: el 10,4% de los accidentes con víctimas en vías  interurbanas estuvieron relacionados con el alcohol, ya que al menos uno de los conductores implicados dio positivo. Este porcentaje se eleva hasta el 12% en el caso de la prueba de detección de droga.

Velocidad: La velocidad inadecuada estuvo presente en el 29% de los accidentes mortales en vías convencionales (2017, p.3-4). 

Consecuencias de  los accidentes de tráfico.

Las consecuencias se pueden analizar, por un lado, desde el drama social que padecen los familiares de las 1810 víctimas fallecidas en accidentes de tráfico, en las diferentes vías urbanas e interurbanas en el año 2016 así como los innumerables heridos/as que se produjeron ese año (DGT, 2017) y por el otro lado, hay que tener en cuenta al infractor y las consecuencias de sus actos, desde el punto de vista legislativo, sin entrar a valorar otras dimensiones.

Las infracciones contra la seguridad vial, se han convertido en delitos de primera magnitud, tal como nos muestra el siguiente gráfico

Gráfico nº2: Delitos cometidos en el año 2016.

Fuente : Ine (2017).      

         

Los delitos contra la Seguridad vial, puede acarrear, las siguientes sanciones: 

Esta realidad, que nos parece novedosa, si hacemos uso de la retrospectiva, podemos encontrarnos con los datos del siguiente gráfico.

Gráfico nº 3: Consecuencia de la aplicación legislativa

Fuente: DGT (2017).

Las estrategias de prevención para reducir el número de accidentes. 

La forma de conseguir mejorar esta realidad, es por medio de la Educación en general y en particular por medio de la Educación Vial.

La Educación Vial, la cual se puede definir como:

Toda acción educativa, encaminada al desarrollo de conocimientos, habilidades, hábitos y actitudes, que permitan dar a los ciudadanos una respuesta segura en las distintas situaciones del tráfico en las que se encuentran inmersos mejorando su comportamiento como peatones, pasajeros o conductores con el fin de reducir la tasa de accidentalidad (Sánchez-Pérez et al, 2009, p.6).

Si analizamos de forma más detenida la definición, nos encontramos que la adquisición de valores, habilidades, hábitos y actitudes, se convierte en un elemento fundamental y se deben adquirir a lo largo de la vida y adaptado a los diferentes roles, que una persona interactúa en la vía pública, ya sea de peatón, conductor o acompañante. Esta nueva visión propuesta de la Educción Vial, no solo se centra en una educación de corte formal, sino que se debe ampliar a los ámbitos no formales e informal, lo que supone ir más allá de la implicación de la comunidad educativa, como son, los diferentes agentes sociales públicos, como asociaciones, clubs deportivos, ayuntamientos e incluso privadas, como son las empresas, compañías de seguros, etc.

Este aprendizaje a lo largo de la vida, se puede observar de forma más detallada en el siguiente gráfico.

Gráfico nº 4: Dimensiones de aprendizaje vial a lo largo de la vida.

 Fuente: Peces (2016, p.33).

Una de las interpretaciones que se puede obtener de este gráfico, es que la participación en las diferentes vías urbanas, no es una realidad, que atañe solo a un grupo de edad, sino se convierte en un proceso educativo que se debe adaptar a las características de cada grupo de edad.

La Educación vial como campo emergente de la Educación Social.

A través de esta definición, donde la Educación vial se debe ser abordada no solo desde su dimensión formal, sino que se debe ampliar en su dimensión no formal e informal en donde la Educación Social, juega un papel fundamental, debido a que tal como nos muestra las palabras de Pérez Serrano (2011)

La Educación Social, estudia las cuestiones inherentes tanto a la socialización de los individuos, como a la inadaptación de los mismos, y está orientada a la mejora de la calidad de vida desde una perspectiva especial y fundamentalmente práctica. Por otro lado, la Educación Social hace referencia a un concepto amplio y abarcador que engloba la educación cívica y política. Constituye un aspecto importante de la formación integral –tanto individual, como social– de la persona (p.11).

Otras de las definiciones, que se pueden analizar, nos la muestra Añaños (2010) “se convierte en la esperanza educativa, la vía para conquistar un futuro mejor y más digno, no solo para de los excluidos y de los colectivos con alguna problemática sino también de animación, promoción, desarrollo, etc.”(p.77).

Conclusiones

Desde una Educación para la Ciudadanía así como desde una Educación para la salud, para llevar a cabo esta realidad, las funciones que pueden realizar el/la Educador/a Social, estarán destinadas a la promoción, formación así como el desarrollo y la evaluación de programas de Educación vial, en colegios, asociaciones, fundaciones, así como otras instituciones de carácter social.

Desde esta realidad, la Educación social emergente será clave para producir cambio, que en palabras de Jiménez (2010) “a medio y largo plazo, la educación vial probablemente sea el motor más poderoso para reducir la siniestralidad vial de modo que esta ocurra solo accidentalmente, centrarse en fallos no previsibles del conductor, del vehículo o de la vía, y no por asumir riesgos indebidos”. (p. 35-36).

 

 

Referencias bibliográficas

Añaños, F. (2010). Mujeres presas y su relación con las drogas implicaciones desde la Educación Social. En F.T Añaños. Las mujeres en prisiones. La Educación Social en contexto de riesgos y conflictos (pp.77-101). Barcelona: Gedisa.

Checa Zavala, E y Ceamanos Marín, R. (1997). Accidente de Tráfico. En Diccionario de Términos de Tráfico, Circulación y Seguridad Vial. Recuperado de: https://www.fundacionmapfre.org/documentacion/publico/i18n/consulta/registro.cmd?id=112080.

DGT. (2017). Número de víctimas. Recuperado de: http://www.dgt.es/es/prensa/notas-de-prensa/2017/20170714-2016-se-cierra-18-mas-victimas-mortales-vias-urbanas.shtml

DGT. (2017). Cuáles son los delitos contra la seguridad vial y cómo se castigan. Recuperado de: http://revista.dgt.es/es/multimedia/infografia/2017/1112-Los-delitos-contra-la-seguridad-vial-en-el-Codigo-Penal.shtml#.WpRWXedG3IU.

DGT. (2016). Las principales cifras de la siniestralidad vial. España 2016. Madrid: Catálogo General de publicaciones oficiales. Recuperado de: http://www.dgt.es/Galerias/seguridad-vial/estadisticas-e-indicadores/publicaciones/principales-cifras-siniestralidad/Las-principales-cifras-2016.pdf.

INE. ( 2017). Estadística de condenados: adultos / estadística de condenados: menores. Año 2016. Recuperado de: http://www.ine.es/prensa/ec_am_2016.pdf.

Jiménez, C. (2013). La educación vial, tema central de las sociedades contemporáneas. En C. Jiménez Fernández, Mª P. Trillo Miravalles y R.Mª. Goig Martínez, Educación vial: Hacia el tránsito seguro y sostenible.  (pp. 2-32). Madrid: McGraw-FHill.

Peces, F.J. (2016). La Educación Vial como ámbito emergente para la Educación Social. RES, 1-43.

Peden M et al. (2004). World report on road traffic injury prevention.  Geneva:  World Health Organization.

Pérez Serrano, G. (2010). Monográfico sobre pedagogía/ Educación Social. Revista de Educación Social, 36,7-18.

Sánchez-Pérez et al. (2009). Educación para la ciudadanía en Educación Secundaria de personas adultas. Recuperado de: http://www.dgt.es/PEVI/documentos/catalogo_recursos/didacticos/did_adultas/GUIA_CIUDADANIA.pdf.

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