¿Qué es la psicología social? ¿Os habéis preguntado alguna vez sobre las relaciones entre grupos en nuestra sociedad? En este artículo veremos el significado de esta disciplina y algún que otro concepto poco conocido en relación a ella.
Gordon Willard Allport (1897-1967) fue uno de los primeros psicólogos que se dedicaron al estudio de la personalidad; el conjunto de características que hacen a las personas diferentes entre ellas, teniendo una forma de interpretar, actuar y vivir la vida de modo diverso.
Pero... ¿cómo nos comportamos los seres humanos en grupo? ¿y en relación con otros grupos?
Según G.W. Allport, la psicología social es “el intento de comprender y explicar cómo el pensamiento, el sentimiento y la conducta de las personas individuales resultan influidos por la presencia real, imaginada o implícita de otras personas”.
Esta definición hace hincapié en la relación de la persona con su entorno social. El concepto clave es “influencia”. Los procesos psicológicos de las personas individuales (pensamiento, conducta, sentimiento) no tienen lugar en un vacío social, ya que siempre habrá otras personas en la sociedad y, por tanto, interacción.
En la psicología social y la sociología, un endogrupo es un grupo social del cual una persona se identifica psicológicamente como miembro. Por el contrario, un exogrupo es un grupo social con el que un individuo no se identifica.
Aquí entra en juego este concepto tan poco conocido de la psicología social: los “etnofaulismos” (del griego, éthnos “pueblo” y faulos “sin valor”), creado por Abraham Aron Roback para designar las formas en que los miembros de un grupo humano se refieren a los miembros de otros grupos, especialmente para hablar o expresarse de forma despectiva/peyorativa cuando estos últimos son de un origen étnico diferente (etnóminos).
Los estudios de Mullen y sus colaboradores postulan que los etnofaulismos juegan un papel importante en las relaciones entre grupos. De hecho, estos estudios se centran en las relaciones entre los inmigrantes en los Estados Unidos y la población de este país, y parten de una serie de hallazgos de la investigación realizada en este ámbito:
• Los etnofaulismos permiten saber qué piensan y cómo piensan los miembros de una determinada sociedad de acogida de los grupos étnicos de inmigrantes que acoge. Son, por tanto, representaciones cognitivas.
• Etnofaulismo se asocia a distancia social en un sentido muy concreto: cuanto menor sea su complejidad, mayor será la distancia social que se intenta mantener con respecto a los miembros del grupo al que se aplica. Esto se traduce en una menor disposición a aceptarlos como parte de la familia, amigos, compañeros de trabajo o vecinos e, incluso, a que el propio país los acoja como inmigrantes.
• Los etnofaulismos se utilizan para marcar fronteras y para excluir a los miembros de los grupos a los que se aplican.
• Los etnofaulismos pueden considerarse como un fenómeno universal, ya que prácticamente todos los grupos conocidos los han empleado para diferenciar y excluir.
Para concluir, podemos decir que este concepto no es muy positivo ni atrayente, ya que la diversidad cultural y grupal debería ser algo tendente a cambiar y a ser aceptada y normalizada por todo el mundo. Las sociedades deberíamos dejar los etnofaulismos y los etnocentrismos a un lado y empezar a aprender a convivir, no por gusto, sino por necesidad y condición para la paz y, también, para y por el desarrollo de las sociedades.
