Imagen generica
¿Aún no estás registrado?
Regístrate ahora, son 2 minutos

Educación inclusiva, clave para construir la sociedad de todos

Vanessa Montaner Peris

Publicado el 15/03/2020 21:03

El alumno de la sociedad actual debe tener en nuestras aulas el papel protagonista del proceso de enseñanza – aprendizaje. Es fundamental fomentar su creatividad, diseñar actividades centradas en sus intereses, adaptar las metodologías educativas a las diferente formas de aprender de nuestros discentes, sin dejar de lado el hecho de que trabajen aquellos tipos de inteligencia que no sean los dominantes en ellos, hacer hincapié en el trabajo colaborativo, que les hace desarrollar habilidades sociales, afrontar el error de una forma natural, mucho menos traumática, empatizar entre iguales y divertirse mientras aprenden la mayor parte del tiempo, entre otros muchos beneficios, pues no tienen que estar callados y quietos durante horas, escuchando al profesor, y hacerlos competentes en las Tecnologías de la Información y la Comunicación.

Es imperante que la tipología de las actividades que ofrezcamos a nuestro alumnado sea muy diversa, con ejercicios útiles y con un alto grado de significatividad para ellos, pues lo verdaderamente importante a largo plazo no serán dichas actividades, sino la enseñanza que los alumnos puedan extraer de ellas.

Si por todo lo expuesto estamos diciendo que debemos basar nuestra labor docente en la diversidad del alumnado a todos los niveles, ya que el fin último de la Educación Primaria es el desarrollo integral del niño, esto nos exige, reciclarnos constantemente y sobre todo adaptarnos a las necesidades transitorias o permanentes de nuestros alumnos, en cualquier ámbito que pueda afectar a su proceso educativo.

Esto implica que la educación que debemos ofrecer debe tender cada vez más a la inclusión en todos los centros educativos.

Según la UNESCO, la educación inclusiva es la que se basa en el derecho de todos a recibir una educación de calidad durante toda la vida.

No debemos olvidarnos entonces, de los alumnos con necesidades educativas especiales, de los que podemos encontrar dos tipos:

- Alumnos Con Necesidades Educativas Especiales (en adelante ACNEE), quienes requieren, durante un periodo de su escolarización, o en toda ella, atenciones y apoyos educativos por discapacidad o trastornos graves de conducta, como indica la LOE, en su artículo 73. Suelen llevar un currículo distinto, con algunos contenidos y criterios de evaluación suprimidos. A veces se añaden contenidos y criterios de evaluación diferentes. Este currículo distinto se llama Adaptación Curricular Individualizada Significativa.

Para considerarlos como tal es necesita tener un informe de evaluación psicopedagógica y un dictamen de escolarización elaborado por los orientadores, que establecen la presencia de necesidades educativas especiales y la modalidad de escolarización más adecuada para ese alumno concreto.

Pueden ser escolarizados:

1. En un centro ordinario, que contará con profesionales especializados para satisfacer sus necesidades educativas especiales.

2. En un aula específica de educación especial, dentro del centro ordinario, donde podrán interactuar con su grupo de referencia en actividades colectivas que lo permitan, como las predeportivas, siempre que las capacidades de cada ACNEE también lo posibiliten.

3. En un centro de educación especial, donde profesionales muy preparados se encargarán de minimizar en lo posible sus dificultades de aprendizaje y de hacerlos más autónomos.

La decisión de promoción al curso siguiente de estos alumnos dependerá de la conveniencia para su integración social, o permanecerán un año más en el mismo curso si esto garantiza la consecución de los objetivos generales de la etapa.

Reducen en una plaza la ratio de su aula.

  • Alumnos Con Necesidades Especiales de Apoyo Educativo (ACNEAE): Requieren atención educativa diferente a la ordinaria por presentar necesidades educativas especiales, como problemas específicos de aprendizaje, TDAH, Altas Capacidades Intelectuales o incorporación tardía al sistema educativo, según la. LOMCE

    Cursan los contenidos del nivel educativo en el que se encuentran y la evaluación se lleva a cabo según su Adaptación Curricular individualizada.

    La promoción de este alumnado al curso siguiente se hace según criterios distintos al resto de alumnos, al menos en la mayoría de comunidades autónomas.

    Los orientadores detectarán las necesidades educativas especiales reflejándolas en un informe de evaluación psicopedagógica, para que se les considere como tales.

    Estos alumnos se escolarizan en centros ordinarios.

     

Por todo ello es un error imperdonable de algunos docentes en activo decir que todos los alumnos en el aula deben hacer lo mismo, o que el hecho de crear adaptaciones curriculares individualizadas, no es tan importante. Debamos adaptar incluso la evaluación, pues según la LOMCE, la evaluación única no permite una adecuación a los diferentes niveles, estilos y ritmos de aprendizaje de un aula. (García, A., 2016) Esta adaptación se hace más necesaria si hablamos de alumnos con necesidades educativas especiales. Si un alumno no puede hablar, no tiene sentido si quiera que le hagamos la prueba oral de lengua extranjera igual que al resto de alumnos, cuando lo normal es que no la apruebe, y le suspendamos esa área completa.

Todo docente debe mostrarse abierto y dispuesto a ofrecer ayudas reales, y, en caso de no sentirse preparado para determinar los recursos necesarios para paliar esas necesidades concretas y sobre todo personales, ya que no hay dos alumnos, ni dos discapacidades iguales, consultar con un especialista en la materia, como por ejemplo, un PT, y trabajar en conjunto con éste, llegando a un acuerdo entre lo que queremos conseguir en general de nuestro alumnado, y las necesidades que tenga un alumno concreto, determinando así los recursos que le pueden llevar a la consecución de lo que buscamos, o, a un resultado lo más similar posible.

Considero que la Especialidad de Pedagogía Terapéutica debería dejar de serlo, e incluirse, de forma obligatoria, y bastante más ampliada, en del plan de estudios del Grado, pues cualquier alumno puede presentar, en algún momento de su escolarización, necesidades educativas especiales, que debemos saber afrontar como algo natural en nuestro quehacer educativo, no contemplado como algo excepcional, y siempre que sea posible, que el tipo de apoyo necesario, se aplique dentro del aula ordinaria, de ahí el nombre “inclusivo“ de este tipo de educación, sin menospreciar aquellas veces en las que sea necesario que esta actuación se produzca fuera del grupo de referencia del alumno, siempre u ocasionalmente, en función de la necesidad a cubrir.

Si estudiar es un derecho de todo ser humano para alcanzar el máximo de sus potencialidades, para aquellos niños con necesidades educativas especiales, se convierte también en una obligación, pues hay personas en sus plenas facultades físicas, mentales y sensoriales que deciden no estudiar y viven haciendo labores domésticas o desempeñando cualquier oficio, lo que no es posible teniendo este tipo de necesidades, que deben ser abordadas desde el punto de vista de la educación inclusiva, como también los casos que afecten a otros colectivos desfavorecidos , como las minorías étnicas o la diversidad de género, por ejemplo.

El docente debe tener presente que los aprendizajes de sus alumnos tienen que servir para mucho más que obtener una calificación, hacer una exposición en el aula, participar en un concurso de ciencias en la escuela o hacer publicaciones en las redes sociales para obtener muchos “likes”. Estos usos del conocimiento pueden resultar muy motivadores para los alumnos, lo cual consigue que se impliquen en el rol educativo que les corresponde, llegando a ser tremendamente satisfactorio para todos los agentes de la comunidad educativa, pero lo que debe lograr el aprendizaje va mucho más allá, pues, si lo que aprenden no les sirve para ser competentes en su vida y en la sociedad, desde sus características personales, carecerá de todo valor.

Cuando percibimos que un alumno no clasificado como ACNEE o ACNEAE precisa de medidas de apoyo, debemos empezar por las medidas de refuerzo en el aula, las cuales, pese a ser una ayuda extra, no se catalogan como especiales. Si éstas no surtieran efecto tras un tiempo prudencial de aplicación, trasladaríamos el caso al orientador, para ver el apoyo específico que debemos ofrecer.

El tipo de apoyo que debemos prestar a los alumnos con necesidades educativas especiales puede llegar a ser muy amplio, incluyendo estrategias de apoyo mental / emocional, hasta la facilitación, en conjunto con las Administraciones Educativas y/o las propias familias, de determinadas ayudas técnicas. Este apoyo puede variar también en intensidad, pudiendo ser necesario de forma permanente, a largo plazo, de forma intermitente, o a corto plazo, dependiendo de cada caso concreto. que, al igual que el tipo de escolarización de un alumno determinado, debe ser siempre revisable al finalizar un curso o etapa, para intentar tender hacia la máxima normalización de la situación escolar de dicho discente, pasando previamente por una evaluación psicopedagógica, si procede.

Por otra parte, hemos de tratar de implicar a las familias del alumnado con necesidades educativas personales lo máximo posible en el proceso educativo de estos niños, ayudándoles a comprender la realidad que tienen que afrontar, mostrándonos cercanos en su justa medida y ofreciéndoles todos los recursos a nuestro alcance, siempre que sean aplicables a su caso, aceptados por dichas familias, y por el alumno en cuestión, si puede tomar ese tipo de decisiones como apoyarnos en ellas, por su cercanía con estos alumnos para decidir, entre todos, aspectos como el camino más adecuado para que el alumno continúe sus estudios, tras finalizar una etapa educativa, por ejemplo, explicándoles que este tipo de decisiones, en todo caso, dependen de la evolución del propio niño.

Si observamos que se expresa coherentemente, tenemos que escuchar al niño, pues es muy probable que él mismo nos pueda solicitar lo que necesita en un momento dado.

A estas consideraciones se debe sumar que pueden ser necesarias las adaptaciones de acceso al currículo, es decir, adaptar también los tiempos y espacios para posibilitar que todos los alumnos puedan participar en todas las actividades educativas y sociales.

Queda mucho por hacer para lograr la plena inclusión educativa, pero si nos unimos en preparación y voluntad, no hay nada imposible de lograr.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Vanessa Montaner Peris

Estudiante del Grado de

Maestro en Educación Primaria

Con Mención en Pedagogía Terapéutica

en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)

Afectada de Parálisis Cerebral Infantil.

 

La Habana, a 30 de abril de 2018

1
“¿Te ha parecido interesante este artículo? ¡Dale a me gusta!