Imagen generica
¿Aún no estás registrado?
Regístrate ahora, son 2 minutos

Modelos de intervención en mediación familiar

JUAN PABLO MARTINEZ DOÑATE

Publicado el 07/05/2020 11:05

 

El concepto de Mediación Familiar ha ido creciendo progresivamente a lo largo de su práctica profesional y con el aporte de los/as diferentes autores/a. De esta forma, se puede decir que se ha llegado a cierto consenso delimitando conceptualmente la Mediación familiar, como un:

Proceso temporalmente limitado, para la resolución de conflictos, que desagudiza o nivela la divergencia, para poder alcanzar un acuerdo. En el cual participa una tercera parte, imparcial o neutra, denominada mediador/a. Dicho profesional carece de poder de decisión, pero su actividad tiene como meta ayudar a las partes a alcanzar un acuerdo consensuado, que además propicie la continuidad de las relaciones”. (Poyatos, 2003)

 

Existen tres modelos básicos aplicables en el proceso de Mediación Familiar que aunque pueden combinarse entre sí, siempre deben ser flexibles en su ejecución.

- Modelo Harvard de Fisher y Ury. Se basa en la comunicación de las partes, facilita la manifestación del conflicto lo que se denomina “airear” el conflicto por las partes, pero bajo ciertos límites y eliminar la noción de culpa. Su meta es lograr el acuerdo de las partes, a través de una negociación colaborativa mediante una comunicación lineal a través de preguntas abiertas, cuya finalidad es la satisfacción de los intereses de las partes mediante un acuerdo. Tiene 3 reglas básicas: la escucha activa, comunicarse de forma clara, hablar de sí mismo sin criticar.

- Modelo Transformativo de Bush y Folger. Se centra en lo relacional. Trabaja mediante la causalidad circular. Su meta es lograr que las partes alcancen el empoderamiento para que se responsabilicen de sus acciones y también el reconocimiento, es decir, se centra en las relaciones humanas. Tiene un componente terapéutico.

- Modelo Circular-narrativo de Sara Cobb. Busca que las partes tengan la oportunidad de constar su propia historia. Se centra en la comunicación, trabajando mediante la causalidad circular, tratando de aumentar las diferencias hasta cierto punto, para que sean reconocidas por las partes. Su meta se centra en cambiar la historia y conseguir un acuerdo. Se basa en el enfoque sistémico.

 

En definitiva, la mediación familiar tiene unas peculiaridades que la destacan como una herramienta muy potente en la resolución de conflictos, su uso conlleva el reconocimiento de unos valores y procedimientos que educan en la paz y la consolidad de las relaciones. Su actuación propicia que las partes implicadas en el conflicto busquen ellas mismas posibles soluciones potenciando de esta forma los elementos comunicativos.

0
“¿Te ha parecido interesante este artículo? ¡Dale a me gusta!