Esta semana comienzan los exámenes de recuperación en Septiembre en todo el territorio español tanto en Secundaria, como en Bachillerato, Formación Profesional y estudios universitarios. En Septiembre encontramos que el alumnado tiene mucha más presión que durante los exámenes de Junio, lo que les puede llevar a fracaso. ¿Cuáles son las claves para superar satisfactoriamente estos exámenes?
Vivir una situación donde nos sentimos evaluados nos crea estrés e inquietud, sensaciones que nos afecta a nuestro poder de concentración y atención, así como a la ralentización de la memoria, y más cuando sienten que es la última oportunidad para aprobar dicha asignatura, lo cual les lleva en muchas ocasiones al fracaso.
Además, el calor y la pérdida de hábito de estudio durante los meses de verano, ocasiona que el hecho de ponerse a estudiar sea un esfuerzo aún mayor para ellos, hay que recordar los conceptos aprendidos durante todo el curso escolar y priorizar el estudio ante otras actividades que pueden ser de mayor interés como quedar con los amigos o ir a la piscina.
Es un acto muy habitual entre los estudiantes, sobre todo cuando hablamos de niveles universitarios, que peguen el “atracón” de estudiar la noche antes del examen, pasándose toda la noche estudiando manteniéndose despiertos gracias a café o a bebidas estimulantes. Es esencial para presentarnos a un examen ir bien descansados, ya que si no descansamos, nuestra mente estará muy cansada, por lo que los conocimientos no se quedarán bien grabados en nuestra mente y al final estaremos más estresados.
La alimentación es otro de los puntos esenciales a la hora de ponernos a estudiar y a la de presentarnos al examen. Si antes de ponernos a estudiar hacemos una comida copiosa, nos sentiremos llenos y fatigados, por lo que nuestra concentración se verá disminuida y el aprendizaje será menos efectivo. Por otra parte, si el día del examen desayunamos poco, nos podemos sentir sin fuerzas y con la sensación de que “se nos olvidan todos los conceptos aprendidos”.
Es importante también seguir una serie de rutinas para que poco a poco nos vayamos acostumbrando a estudiar y ese tiempo dedicado al estudio no se nos haga pesado. Es preferible que el lugar donde estudiamos sea siempre el mismo y que este esté libre de distracciones. También sería interesante que nuestro tiempo de estudio se desarrollara en la misma franja horaria y que poco a poco vayamos aumentando las horas que dedicamos al estudio.
Al principio, lo conveniente sería que comenzáramos por aquellos temas que nos resultan más pesados o tediosos y que acabáramos por los más fáciles y amenos para nosotros. Y no olvidemos la importancia de repasar, ya que el repaso es uno de los puntos esenciales para que el aprendizaje de un tema sea efectivo.
Igual de importante que los repasos, es tener muy en cuenta los descansos. Para ello, sería idóneo marcarnos un tiempo establecido para el estudio y los descansos. Por ejemplo, cada hora y media de estudio podemos descansar 15 minutos, lo cual no beneficiará sólo a nuestra concentración y a nuestra mente al despejarse, sino a nuestra salud visual.
Por último, en todo momento debemos tener un pensamiento positivo a la hora de ponernos a estudiar y sobre todo, a la hora de realizar el examen. Si somos negativos, es muy fácil que pensemos que se nos están olvidando todos los conceptos aprendidos, por lo que si somos positivos sobre nuestros resultados, valoramos el esfuerzo que estamos haciendo y nos centramos en nuestro objetivo, tenemos más de la mitad del camino recorrido para lograr el aprobado en Septiembre.
Suerte.