Durante estas últimas semanas hemos escuchado en los medios de comunicación numerosos casos de violencia de género en diversos puntos de la geografía española. El Gobierno ha decidido tomar nota acerca de este hecho y anunció que invertirá 3.000 millones de euros en un nuevo plan de igualdad, y es que estos datos, incluso en los centros escolares, no dejan de crecer.

Según un estudio del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género 150 menores fueron juzgados por agresiones machistas el año pasado. Esto supone un 5% más que en 2012 y a 133 de ellos les fueron impuestas medidas.

Laura Nuño, catedrática de Género ha denunciado que “hasta ahora se han hecho campañas potentes de sensibilización sobre los accidentes de tráfico, el alcohol, las drogas y el tabaquismo porque se consideran problemas importantes, y no se ha hecho con las agresiones machistas porque no se consideran problemas importantes”.

La violencia de género es una consecuencia extrema de la desigualdad existente, y aquí es donde todos estamos obligados a intervenir para cambiar este hecho. Desde las familias hasta la escuela, pasando por los medios de comunicación y los grupos de iguales, deben intervenir para que estas cifras desciendan.

Como bien dice Ana María Pérez del Campo, la lucha contra la violencia de Género “no se debe centrar en la protección de las víctimas, sino también en la prevención”. Y Esta prevención comienza porque ningún niño viva en un mundo donde la violencia se ve como algo normal o sea una conducta correcta.

Pérez del Campo ha criticado con severidad lo olvidado que ha dejado el gobierno la defensa de la igualdad en la escuela con la LOMCE. Afirma que “la asignatura de Educación para la Ciudadanía que el gobierno ha eliminado enseñaba a los menores a que los seres racionales se comunican con el debate y no con los puños”.

Una educación para la igualdad en cualquier campo y ámbito es más que necesario para combatir este tipo de violencia que no entiende de edades.