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La educación emocional para mejorar la relación en el hogar

Maria Pilar Garrido

Publicado el 27/11/2013 10:11

La educación emocional sea posiblemente la educación más difícil a la que se enfrentan los padres y las madres. A ningún padre le gusta ver a su hijo llorar o sufrir o teniendo una rabieta de las suyas pero debemos aprender a entender las rabietas de los niños para desarrollar en ellos una educación emocional adecuada.

Para muchos terapeutas y médicos es fundamental dejar que los niños expresen sus sentimientos ya sea por medio de rabietas o de llantos. En concreto, la pediatra Inés Merino afirma que lo esencial es saber educar emocionalmente a los niños para que sean capaces de gestionar sus pensamientos y expresar sus emociones: “Se trata de acompañarnos en su tristeza o enfado”.

Esta pediatra afirma que “no es raro ver a un niño que tiene algún problema en el colegio que durante la semana sufre terribles dolores de cabeza y el fin de semana se encuentra bien”. El problema en estos casos es que los niños no saben expresar sus sentimientos y viven en una situación de angustia, por lo que como añade esta pediatra. Es esencial  enseñar a los niños a expresar sus emociones “aunque sea duro para el papá o la mamá verlo llorar y sufrir”.

Y bien es cierto que es necesario que los niños aprendan a gestionar sus enfados, la ansiedad o la tristeza y para ello es necesario dejarles sentir tales sentimientos. Es decir, si un niño llora porque le han quitado un juguete porque es turno de su hermano jugar, no debemos caer en el error de devolverle el juguete por miedo a que no deje de llorar, ya que así lo único que conseguirán los padres es crear una persona caprichosa a largo plazo, por lo tanto debemos dejarlo exteriorizar sus sentimientos porque no es nada negativo y tratar de que comprenda que no es su turno de jugar y que ha de esperar a que finalice el tiempo de juego de su hermano con dicho juguete para que le toque a él de nuevo. “El papel de los padres en estos casos se limita a acompañar al niño y hacerle saber que estás a su lado”.

“Si está triste porque un amigo se ha enfadado con él, hay que darle opciones: que dibuje en un papel lo que siente, o que por ejemplo, hable con el amigo. Así le obligamos a que se pare a pensar”.

motivaciónLa educación emocional puede traer grandes avances en la relación de los padres y los hijos, ya que enseña a los niños a exteriorizar sus sentimientos y a la vez a compartirlo con los padres, y a los progenitores les enseñan a entender cómo se sienten sus hijos en cada momento y a cómo calmarlos ante diversas situaciones.

Luis Dorrego, terapeuta infantil afirma que “desde pequeños nos enseñan a reprimir las emociones no tan buenas como la tristeza o el enfado para no sufrir. Al intentar proteger a nuestros hijos de ciertas emociones les impedimos que descubran los pensamientos que les han llevado a sentir tales emociones”.

El terapeuta Dorrego afirma que “las emociones forman parte de nuestra vida y si los padres comparten sus emociones con los hijos les acostumbramos a que ellos compartan las suyas con nosotros”.

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