La investigación, el desarrollo y la innovación en la Comunidad Valenciana parecen cada vez más abocados a ser la tarea heroica de unos pocos emprendedores. Y las pocas instituciones existentes con apoyo público, asfixiadas por la crisis y los recortes, empiezan a parecerse a las terminales de salida de los aeropuertos con un desolador flujo de cerebros en fuga.
Así, los problemas del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) se suman ahora a los que están pasando los institutos tecnológicos de la Comunidad Valenciana o el emblemático Centro de Investigación Príncipe