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Objetivo 2015: una educación mundial

Maria Pilar Garrido

Publicado el 15/07/2013 13:07

Según los últimos datos ofrecidos por UNICEF unos 121 millones de niños en el mundo no van a la escuela. En total, se trata de unos 56 millones de niños y 65 millones de niñas a las que se les niega un derecho tan fundamental como es la educación. ¿Cómo se actúa ante estos escalofriantes datos?

Estos datos son realmente alarmantes, pero parece que en muchas ocasiones no somos conscientes de la gravedad del asunto. La mayoría de las veces que leemos o escribimos acerca de la educación (me incluyo la primera) lo hacemos sobre la calidad de la educación y sobre cómo mejorarla con nuevas tecnologías y con nuevas teorías pedagógicas.

Si no nos preocupamos nosotros mismos por la educación de los más pequeños, nadie lo hará. La indiferencia con la que miran los políticos del mundo estas cifras es escalofriante,  y los cambios que se llevan a cabo para que esta situación cambie por su parte, es prácticamente nula.

Uno de los objetivos mundiales de la Naciones Unidas para 2015 es lograr que los niños y niñas de todo el mundo puedan terminar un ciclo completo de enseñanza primaria. Pero estos datos, en algunos países son cada vez son más desesperanzadores.

El continente donde los niños presentan el dato más alto de desescolarización es África. En él, hay numerosos países que no van a llegar a cumplir ese objetivo. Uno de los países que más preocupa es Nigeria, que aún siendo uno de los países más ricos del continente es uno de los que ha visto como el número de niños y niñas que no van a la escuela ha aumentado estos últimos años. Es decir, de cada cinco niños que no van a la escuela en todo el mundo, uno de ellos es nigeriano.

Pero no todos los datos son tan negativos ni todos los resultados desesperanzadores, ya que existen países en los que prácticamente la totalidad de los niños y niñas del país ha sido conseguida o les falta poco para conseguirlo como por ejemplo es el caso de Kenia o Tanzania.

Kenia por ejemplo, es un país en el que se empieza a apostar incluso por la mejora de la educación, y se comienza a dotar con soportes informáticos todas las escuelas de los países.

Es esencial conocer las consecuencias de una falta de educación básica en estos países, ya que aunque la principal y esencial es la falta de conocimientos sobre valores básicos o peligros como por ejemplo, el desconocimiento que lleva a unas tasas tan altas de enfermedades de transmisión sexual, existen otras como son el beneficio de los grupos violentos del continente que se alimenta del fracaso escolar reclutando a los jóvenes y llamándolos a las armas.

Dibujo infantilPero aunque estos avances los consideremos esperanzadores no hay nada más lejos de la realidad, ya que se han de tener en cuenta dos puntos esenciales: el primero es que esta desproporción entre los distintos países hace que se habrá aun más la brecha en lo que a desigualdades sociales se refiere. Por otro lado nos encontramos con que la calidad de la educación ahora mismo en estos países es bastante reducida debido a la poca formación pedagógica del profesorado, por lo que pocos niños logran alcanzar los objetivos mínimos que están establecidos por lo que aún queda un largo camino por recorrer en estos países en lo que referente a la educación y sobre todo, en cuanto a la calidad.

La solución en este punto, se encuentra en además de centrarse en escolarizar a todos los niños, esforzarse también en formar a profesores que sean capaces de transmitir de manera correcta los conocimientos, ya que muchísimos niños africanos que han ido a la escuela salen de  ella sin tan siquiera saber leer, escribir o hacer una operación matemática.

Y con estos datos,  que no son pocos, debemos pararnos a reflexionar sobre nuestra actuación y sobre la actuación de los distintos políticos del mundo. Está claro que los objetivos se encuentran ahí marcados, pero no son nada si no le intentamos poner solución de algún modo  y bajo mi punto de vista, creo que existe alguna que otra forma de garantizar una buena educación para los niños de todo el mundo.

Si pensamos con la cabeza, es lo lógico que se debe hacer, pero si pensamos con el bolsillo también lo es. Garantizar la formación de todos los niños y niñas del mundo es garantizar un futuro y garantizar futuras personas preparadas que saquen las distintas sociedades adelante.

Son niños, son nuestro futuro y son nuestros los derechos y los deberes de darle la educación y el futuro que se merecen, porque aún estamos a tiempo de rectificar, ya que como dice un proverbio romano: “por la ignorancia nos equivocamos, y por las equivocaciones aprendemos”.

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