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Su matrícula para el nuevo curso escolar... ¡gracias!

Maria Pilar Garrido

Publicado el 29/08/2013 12:08

Cuál sería la sorpresa de muchos padres cuando recibieron una carta firmada por la consejera de Educación, Lucía Figar, en la que se les hacia un recordatorio de cuánto le cuestan a los padres la matrícula de sus hijos y cuánto le cuesta a la Comunidad de Madrid.

La carta de bienvenida al nuevo curso escolar y al sistema educativo para los que se incorporan en infantil no ha venido sola este año. Esta carta han querido que sirva de información para que las familias sean conscientes del “importante esfuerzo” que realiza la Comunidad de Madrid para que puedan beneficiarse de una plaza en una escuela infantil por un precio menor al coste total de cada una de las plazas que resulta ser de una media de 5.100 euros anuales.

Un portavoz de la Consejería de Educación afirma que estas cartas se envían desde 2009 a las familias que se incorporan a algunas de las escuelas infantiles públicas de la Comunidad a título informativo para una etapa educativa que “no es obligatoria ni gratuita”.

¿Qué es lo que se pretende hacer con este tipo de cartas? ¿Realmente el fin único de todo esto es informar a las familias del coste real? La educación infantil es tan básica y esencial para la detección precoz de necesidades y/o de problemas que no es ni lógico ni normal que se “informe” a las familias de cuánto es el coste real de las matrículas de sus hijos.

Todos estamos de acuerdo en que sí, el precio de las matrículas es muy alto y más cuanto más subimos en niveles educativos. Pero, ¿y los beneficios que se sacan de la educación? No es ni dinero derrochado ni malgastado, es un afianzamiento del futuro de la sociedad, son futuros profesionales los que van a comenzar este año educación infantil, Primaria, Secundaria y cursos post-obligatorios.

Pero no hace falta hablar de dinero ni de beneficios para comprender que es una auténtica locura el tener que discutir por la gratuidad de un colegio público. Y como siempre, me remito a los derechos básicos y humanos en el que se garantiza a todos los niños una educación básica, gratuita y universal. Porque educarse, señora Figar, no es un lujo.

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