Introducción
¿Es la salud mental una asignatura pendiente en los colegios? Los datos entre niños y adolescentes han dado la voz de alarma y la situación debe, sin duda, mejorar. Lo que no sabemos es si los colegios, una de las primeras líneas de educación, están preparados para abordar esta problemática.
Los problemas de salud física en la infancia se detectan con facilidad en el centro educativo. En esta línea, suelen llevarse a cabo actividades de sensibilización en torno a la importancia de la salud física, centradas en la nutrición, la higiene o el deporte. Sin embargo, pese a que la probabilidad de aparición de problemas de salud física y mental es similar, esta última no suele atajarse en el contexto escolar con la misma frecuencia. Esto es, nos encontramos con la necesidad de incorporar en diferentes ámbitos, el diseño y herramientas para la gestión de las emociones y la prevención y detección de los trastornos emocionales y del estado de ánimo en el alumnado.
Mejorando la salud mental
El mejor tratamiento de los problemas psicológicos es la prevención: cuanto antes, mejor. Disponer de recursos psicológicos para hacer frente a los aspectos más difíciles de la vida reduce la vulnerabilidad de los niños hacia la aparición de problemas de salud mental. Aprender a gestionar sus emociones, a solucionar problemas que surgen al relacionarse con los demás, a controlar su ansiedad, o a eliminar pensamientos irracionales que no les ayudan, son habilidades muy útiles que les preparan para la adversidad.
Algunos alumnos pueden experimentar una reducción de la ansiedad cuando pueden asistir a la escuela desde el hogar. Hay menos prisa para salir por la puerta, menos presión social y más tiempo en un entorno familiar que pueden controlar. Si los alumnos trabajan mejor en el entorno o se concentran mejor fuera, pueden sentirse cómodos tanto dentro como fuera del aula.
Para cada estudiante, es importante disponer desde la infancia de las herramientas que le permite tomar conciencia de sí, de sus procesos cognitivos y de sus emociones, para aumentar sus oportunidades de desarrollo en la vida. Estas son herramientas educativas y, por eso, es imprescindible garantizar el derecho de cada niño o niña al desarrollo, de la salud mental.
Otro aspecto importante es formar a los docentes que servir de guía en esas etapas educativas, para que también puedan disponer de modo de actuación adecuados y eficaces para cualquier problema que se presente en el aula. Por tanto, apoyamos que sea un beneficio mutuo, tanto para el estudiante como para el profesor. Además, en esta mejora de atención personalizada a los alumnos, implicamos a las familias en el proceso educativo y mental, para que estén al tanto de cómo se sienten sus hijos y puedan detectar señales de alarma que quizá se manifiesten en mayor medida fuera de casa y más en la escuela, por lo que sería de gran ayuda para todas las partes.
Esto es, se trata de aplicar medidas en los centros educativos para educar a los alumnos en esta área y darle importancia al papel de la educación como vía para promover el derecho a la salud mental y el desarrollo de hábitos de vida positivos en la infancia y adolescencia, sobre todo en cuanto a enseñar cómo gestionar las emociones y procesos psicológicos varis (duelos, relaciones familiares no deseadas, abusos…).
Conclusiones
Estadísticamente, los números recuerdan que los problemas de salud mental se desarrollan en edad temprana, indicando que el 50% de los problemas de salud mental en adultos comienzan antes de los 15 años y el 75% antes de los 18 años. Incluso el 76% de ellos nunca ha acudido a ningún profesional de la salud mental. Así mismo, los docentes también pueden verse afectados por problemas de esta índole: según un estudio reciente, el 50% del profesorado entrevistado habría sufrido un problema de salud mental relacionado con el trabajo en los últimos dos años.
Resaltamos la importancia de contratar directamente a los psicólogos en las escuelas para aumentar el conocimiento de éstos sobre la cultura escolar y organizacional, para aumentar su participación en aspectos de prevención y para ayudar a la institución a mejorar el clima escolar.
Destacamos que sería necesario promover el rol del profesional de la psicología en las escuelas como facilitador, enlace o puente de comunicación entre profesionales, familiares, docentes y el alumno. Es urgente establecer medidas que garanticen la presencia de herramientas y recursos psicológicos en estos escenarios y desarrollar una completa investigación entre de psicología escolar y la psicología de la salud.
En conclusión, queda demostrado que es totalmente necesario contar con un departamento o formación especializada en el afrontamiento psicológico de diversos ámbitos en los colegios e instituciones educativas, para poder afrontar diferentes problemáticas personales y escolares de los niños y jóvenes que son tan importantes como el aprendizaje de las materias escolares tradicionales.
¿Quieres formarte en Psicología infantil? En Red Educa encontrarás la mejor formación en este ámbito:
