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Trastorno del espectro autista estrategia inclusiva en las aulas

María Dolores Albarracín García

Publicado el 18/06/2017 13:06

 

 

    El Trastorno del Espectro Autista (TEA), consiste en una serie de disfunciones neurológicas que empiezan a hacer su aparición desde muy temprana edad en los niños. A partir de los primeros meses de edad se pueden empezar a notar los primeros síntomas del trastorno que alertan a padres y/o pediatras. Los primeros años de vida, son primordiales para intervenir con atención temprana, paliar la gravedad de los síntomas y mejorar poco a poco las capacidades de los niños afectados.

    Aunque los primeros años son de vital importancia, una persona diagnosticada con TEA, siempre tendrá capacidad de aprender, y de mejorar aunque en la edad adulta requiera más esfuerzo, como le ocurre a cualquier persona.

Las alteraciones y gravedad de las capacidades afectadas en los niños y niñas que manifiestan este trastorno, variarán en función del desarrollo del niño y de su edad.

   El Trastorno del Espectro Autista muestra las alteraciones de forma observable. Afectan a la capacidad intelectual, social, cognitiva y motora. No hay una regla fija que describa a las personas que sufren el trastorno, de ahí que se le acuñe el término de ESPECTRO. Cada persona con TEA, mostrará unas características distintas a otra con igual diagnóstico. Según el grado de severidad con el que se manifieste el síndrome, y los distintos factores que hacen que una persona no sea igual a otra, dañará más unas capacidades que otras.

   Principalmente, las INTERACCIONES SOCIALES con iguales y adultos, y por tanto, las HHSS, se ven alteradas en niños diagnosticados con TEA.

   Esta falta de capacidad para relacionarse con los demás, suele producir falta de interés a la hora de jugar y participar con otros niños en actividades, tanto en la escuela como en familia. Tanto la COMUNICACIÓN VERBAL, como la NO VERBAL, se ven afectadas por el síndrome, lo que merma la interacción con el resto de personas. La comunicación verbal, en casos más severos, puede ser totalmente inexistente.

   La complicación a la hora de comunicarse con los demás, por la nula o escasa comunicación verbal, les puede producir frustración, al no encontrar el canal adecuado para transmitir lo que sienten, o necesitan en cada momento. No es que no quieran relacionarse e interactuar con el resto de niños, es que no saben cómo hacerlo.

   Es en el campo de las HHSS y la comunicación en el que se centran terapeutas y docentes al realizar un continuo esfuerzo para una inclusión y relación normalizada con el resto de niños y adultos

   Los niños diagnosticados con este síndrome, se suelen centrar de forma excesiva, en actividades que son de su interés, y por el contrario, muestran un gran desinterés en aquello que no les motiva. Pueden llegar a ser diagnosticados con DÉFICIT DE ATENCIÓN por la dificultad que tienen al centrar la atención en ciertas actividades, y pueden mostrar al mismo tiempo, ALTAS CAPACIDADES y destrezas en distintos campos como: últimas tecnologías (ordenadores, móviles y tabletas), memoria a corto y largo plazo, resolución de problemas matemáticos y el aprendizaje perfecto al tocar un instrumento musical.

El interés o la alta capacidad que muestran en algunas actividades o temas, es la baza más importante con la que cuentan terapeutas y profesionales para comenzar a trabajar en el aprendizaje del niño de forma motivadora, partiendo de los propios intereses del niño con TEA.

   Cada vez son más numerosos los casos de niños y niñas a los que se les diagnostica este trastorno en los centros escolares. Este aumento de alumnos con estas características, está despertando una mayor inquietud en los profesionales para acercar al resto de alumnos a estos niños, de forma beneficiosa para ambas partes.

   Hace pocos años aparecieron las AULAS ABIERTAS en los centros escolares españoles. Estas AULAS ABIERTAS, tienen la posibilidad de interactuar con las aulas de referencia de los niños que no tienen ninguna disfunción, y ofrece la posibilidad de reincorporar a los alumnos a su grupo de REFERENCIA, si evolucionan de forma favorable.

Este año se ha implantado un nuevo PROYECTO en aulas de distintos centros escolares de Murcia.

El PROYECTO

“RECREOS INCLUSIVOS”: Se basa en fomentar la INCLUSIÓN de los NIÑOS con TEA, con el resto de compañeros del centro escolar, durante el momento de descanso y juego del patio.

   A los niños con TEA, no les resulta fácil jugar y compartir materiales con el resto de niños, lo que provoca que se queden aislados y apartados en los recreos sin participar o jugar con los demás niños. La falta de vocabulario, y a veces, incluso la imposibilidad de comunicarse verbalmente que sufren algunos niños, hacen que la hora del recreo, no sea un momento de interacción positiva, sino de aislamiento.

   El proyecto consta de un conjunto de juegos dirigidos, estructurados en secuencias de juego y participación. Están debidamente estudiados, para que puedan participar los niños con TEA junto a los demás niños del centro. No sólo se busca la participación de los niños, sino que el proyecto abarca la colaboración de los maestros de las distintas aulas, y los terapeutas de apoyo que asisten a las aulas abiertas, para trabajar con los niños con diagnóstico TEA. Como apoyo se utilizarán recursos materiales como; secuencias de PICTOGRAMAS específicamente desarrolladas para organizar el juego en el patio durante la hora del recreo, y para hacer que los juegos sean más fáciles de entender para los niños con TEA.

   Este proyecto se ha llevado a cabo durante este año 2017, en distintos centros escolares de Murcia y lo ha llevado a cabo Cátedra Astrade de Autismo y Trastornos Generalizados del Desarrollo (Universidad de Murcia).

 

                     

 

   Lo que se pretende además, con este proyecto es acercar a los niños con TEA al resto de alumnos, alejando así de esta manera, la posibilidad de cualquier acoso escolar, o de exclusión, que pueden sufrir los grupos de niños que están en situación desfavorecida , al tener unas capacidades diferentes a la mayoría.

   Al unir a los escolares a través del juego, se está creando una situación de EMPATÍA recíproca entre ellos. El juego es el recurso educativo que más beneficios tiene para llegar a un aprendizaje motivador y cooperativo.

Si los niños juegan juntos, se crea un vínculo afectivo entre ellos, y surge el compañerismo. A través de los distintos juegos, los niños con más capacidad para ello, prestan ayuda a aquellos que muestran dificultades, compartiendo en todo momento situaciones de diversión.

   El desconocimiento produce temor e incomprensión. El acercamiento de los niños con TEA al resto de alumnos hace que el desconocimiento se transforme en comprensión y respeto.

   El ser humano aprende a través de la observación y la imitación. Para los niños con TEA, es completamente beneficioso interactuar con niños de su edad y con adultos que participan e interactúan de forma distinta a como ellos lo hacen. Esto favorece que imiten comportamientos, y absorban otras técnicas de comunicación de forma natural (como la comunicación no verbal), a través del trato directo con el resto de niños.

   Para la AUTOESTIMA del niño diagnosticado con TEA, es tremendamente positivo ampliar su grupo de referencia y salir del AULA ABIERTA, para interactuar con el resto de compañeros. La pertenencia a un grupo aumenta de forma positiva el AUTOCONCEPTO del niño, y la AUTOESTIMA. Son dos puntos muy favorables para el desarrollo SOCIOAFECTIVO adecuado de cualquier niño.

   Los niños con TEA, al igual que cualquier otro niño, padezca alguna discapacidad o no, son conscientes de sus propias limitaciones. Ellos son los primeros que se dan cuenta, de que hay diferencias entre ellos y el resto. Los adultos, y profesionales dedicados a la educación y formación, tenemos la obligación de acortar distancias y disminuir las diferencias. Debemos creer que son capaces de mucho más. Si los limitamos, los apartamos del resto, los condenamos a no ser conscientes de lo que SÍ son CAPACES de hacer, y a tener un AUTOCONCEPTO FALSO de ellos mismos. Tienen miles de posibilidades que ni nosotros mismos conoceremos, si no les damos la posibilidad de desarrollarlas y mostrarlas a los demás.

   Si creemos en ellos y en sus posibilidades, les transmitiremos confianza en ellos mismos. Esta confianza les motiva, aumentando la AUTOESTIMA del niño de forma positiva convirtiendo los esfuerzos en nuevos logros.

 

LA DIVERSIDAD EN LAS AULAS ES EL MEJOR APRENDIZAJE EN VALORES PARA CUALQUIER NIÑO.

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