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La motivación. Háblame Bonito.

Mª José Guillén Sáez

Publicado el 14/03/2019 18:03

Esta mañana me he quedado hablando con un par de mamás del cole. Mi hija tiene 3 años. Está en primero de infantil en un colegio público de Alicante.

Contándonos lo saturadas que vamos en el día a día he mencionado el proyecto Háblame Bonito.

Esto surgió un día el curso pasado, le he dicho. Salí desquiciada de mi clase, una clase con unos resultados académicos excelentes, y desayunando le dije a Yolanda, mi compañera, se hablan fatal, entre ellos. Vamos a hacer algo, un 21 días o algo así.

Y nos sentamos y lo hicimos.

Y lo pusimos en marcha en el centro. El desarrollo es muy fácil:

  • Enviamos un mail a todos los compañeros del centro invitándoles a unirse participando en nuestro video de presentación.
  • Presentamos el video en el claustro.
  • Enviamos una circular a las familias con el video.
  • Los tutores pusieron el video en las tutorías.

Y entonces empezó el proyecto: 21 días de retos encaminados a mejorar la manera de relacionarnos entre nosotros. Retos simples, como saludar o sonreír.

Pues me estoy haciendo famosa, le he dicho, sonriendo y con cara de incrédula. Lo están haciendo ya hasta en Castellón y en Teruel.

¿Y te pagan por cada centro que lo aplica? Me ha preguntado.

No, le he dicho, casi avergonzada por regalar algo tan bonito. Lo estamos regalando. Es que es un bien social. Y como es un bien social lo vendemos con un botón social, un nuevo método de pago. Lo descargas a cambio de compartir tu interés en descargarlo en las redes sociales. No es un precio caro, pero tampoco es gratis.

Es el mismo método por el que funciona este concurso, “Concurso EDUCANDO”. Utiliza el hastag y cuélgalo en tus redes. Y en ese mismo momento he decidido presentarme a este concurso que esta mañana me ha aparecido por casualidad en facebook.

¿Y de verdad funciona? Me ha preguntado.

Si. Si que funciona. Cada uno se puede implicar lo que le nazca. En los alumnos, a unos les llegamos más y a otros menos, pero al menos tienen las pautas. Lo que mejora es el ambiente, el ambiente escolar: los profesores y los padres también lo necesitamos. Son cosas básicas que sabemos pero a veces se nos olvidan. Como saludar o sonreír. Mejora el trato entre los adultos, y los niños/adolescentes, que imitan para aprender, cambian su actitud también. Tiene un efecto multiplicador, diríamos los economistas.

Lo voy a hacer en mi casa. Al año que viene lo hacemos en este centro.  Me ha dicho emocionada. Mándame la información.

Y se la he mandado.

Y al llegar a casa he decidido que era así como tenía que enfocar este artículo, desde mi perspectiva de mamá y de persona. ¿De verdad funciona? Si. La felicidad es una actitud, un estilo de vida.

Fomentemos una sociedad con una actitud positiva hacia la vida. Positiva y valiente. Implicada, con ganas de luchar por un mundo mejor.

Ahora me voy a permitir relacionar el proyecto con la asignatura a la que oposito en este momento: Iniciación a la Actividad Emprendedora y Empresarial.

Primero me presento:

Me llamo Mª José Guillén y soy profesora de matemáticas, interina, desde hace trece años. Antes hice mis pinitos como economista, en banca, en un despacho de abogados y trabajé en selección de personal. Y permitidme aquí hacer un inciso por si me lee algún responsable de selección, es importante hacer un profesiograma antes de empezar un proceso de selección. El profesiograma nos indicará el tipo de persona que debe ocupar el puesto. También fui técnico de formación en COEPA. Y ahora soy opositora y creadora, junto a Yolanda Tremiño, del Proyecto “Háblame Bonito. 21 días.”

Hay que enseñar a la sociedad del futuro, a nuestros alumnos y a nuestros hijos, a tener espíritu emprendedor y a saber enfrentarse a los retos que nos depara la vida. Hay que enseñarles contenidos pero también hay que enseñarles a creer en ellos mismos.

Ser emprendedor no tiene nada que ver con ser empresario. También existen los intraemprendedores. ¿Qué sería de la educación sin profesores intraemprendedores?

La motivación es un proceso interno. Según los apuntes de mi master en Dirección de Recursos Humanos, la motivación es un procedimiento psicológico interno que nos hace sentir satisfechos o felices en el trabajo y ser más productivos. Es diferente de los incentivos, externos al trabajador.

Según yo la motivación son las ganas, el ímpetu o la ilusión que ponemos a las cosas.  Y solo conseguiremos lograrla si lo convertimos en nuestro modo de vida.

Haz el bien sin mirar a quien, dice el refrán. Y entonces, igual que funciona la mano invisible de Adam Smith en los mercados, las fuerzas del mercado, del bien, las sinergias, inclinarán tu balanza hacia ese lado y maximizarán la felicidad de los que te rodean también. El clima laboral. Otro refrán que me gusta: la vida te sonríe si la miras sonriendo.

Las empresas ya se han dado cuenta de la importancia de esta actitud, porque al fin y al cabo eso es lo que es la motivación, una actitud, y lo han incorporado a los procesos de selección. Una persona que no está motivada y no tiene espíritu emprendedor  en su vida, no puede ser un trabajador motivado. Los llaman nómadas del conocimiento.

Y por último. Permitidme hablar de los grupos de moral alta. Las empresas necesitan crear grupos de moral alta entre sus trabajadores. Estos grupos no deben abarcar a más de 50 individuos si todos están haciendo lo mismo en el mismo lugar y tiempo. El mínimo será 3 o 4 personas. Se trata de grupos que parecen tener un nivel de satisfacción, asociado a su pertenencia al grupo y al rendimiento de sus funciones.

Todos los miembros de estos grupos son considerados como contribuidores positivos al esfuerzo total, independientemente de lo pequeña que sea su contribución en la vida real. Los grupos de moral alta siempre están asociados a un objetivo tangible. Estos objetivos deben merecer la pena y ser asequibles. El grupo considera que el progreso hacia el logro es algo continuo. El logro del objetivo no puede tener un plazo demasiado largo en el futuro.

¿Y esto cómo se hace? Ejemplifiquemoslo en la docencia. Hay muchísimas maneras. Desde agrupando a trabajadores con los mismos intereses, como sucede en los grupos de telegram de gamificación, ABP… hasta emocionando con un proyecto educativo especial, digamos “Háblame Bonito”

 

 

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