Célestin Freinet es considerado como uno de los pedagogos más influyentes del siglo XX que nació en una aldea de Gars (Francia). Durante toda su infancia estuvo realizando labores de pastor, cuidando de la tierra y ayudando a una familia muy humilde. Es necesario comprender los orígenes de Freinet para entender su pedagogía: hablamos de una pedagogía innovadora, libre, cooperativa y funcional en el trabajo.

En Freinet podemos observar una escuela con unos principios altamente vinculados con la educación por el trabajo y una pedagogía moderna y popular basada en el aprendizaje. Sus teorías comienzan a surgir dentro de la Escuela Nueva, pero poco a poco van adquiriendo un carácter más democrático y social.

Una de las principales propuestas de Freinet se basa en la idea del talento experimental. Freinet piensa que para que el aprendizaje sea totalmente efectivo, se ha de realizar a través de las propias experiencias del alumnado y de la expresión de sus vivencias, rompiendo totalmente con la pedagogía imperante hasta el momento como era la escolástica.

Para Freinet, la educación es la única capaz de dar la solución al porvenir y a los problemas de la preparación de las nuevas generaciones, por lo que crea la educación del trabajo. Lo importante en este punto es que el trabajo deje de ser una realidad en los jóvenes y que se forme una necesidad que se convierta en precoz, ya que si conseguimos que desde pequeño se acostumbre a trabajar, acabará siendo un trabajador.

No malinterpretemos las palabras de Freinet, ya que él defendía una infancia basada en el juego y los materiales que lo posibilitan, pero admite que en el juego hay un juego funcional que se mueve y funciona igual que las necesidades individuales y colectivas del niño, lo que en definitiva lo convierte en trabajo, o mejor dicho, en trabajo-juego.

En este aspecto, ha de crearse una escuela preparada para crear una atmósfera de trabajo y haciéndolo efectivo, productivo y sobre todo formativo. La preocupación educativa esencial debe ser “realizar un mundo a la medida del niño, en el cual podrá entregarse a trabajos-juegos que sean susceptibles de responder al máximo a las aspiraciones naturales y funcionales de su ser”.

Freinet apuesta también por una escuela nueva que se caracterice por las expresión libre del alumnado, ya que es esencial que ellos puedan expresar sus experiencias y así, comprender la realidad de los mismos para adaptar el aprendizaje a sus necesidades para que sean capaces de entender la realidad en la que viven y poder participar finalmente en la sociedad adulta.

Los docentes han de ser conscientes que el alumnado siempre tiene un comportamiento distintos unos de otros, y se tiende a pensar que el niño que trabaja mal o no actúa como nosotros queremos lo hace de manera consciente, pero Freinet afirmaba que ante estos casos hay que plantearse si no existe algún tipo de motivos de salud, o de dificultades ambientales que  lleven al niño a actuar de ese modo.

En cuanto a metodología se refiere, este pedagogo francés rechazaba de lleno las explicaciones y las demostraciones, ya que pensaba que el verdadero aprendizaje se conseguía por medio de la acción y del tanteo experimental.

Muchas de las ideas propuestas por Freinet se siguen tomando hoy día como un reflejo fiel de lo que es la pedagogía y de lo que debería ser una metodología efectiva para el aprendizaje. Además, si algo queremos destacar de Freinet, es su idea de que tanto adultos como niños somos iguales, por ser adultos, no somos superiores que ellos, por lo que debemos de darle a los niños libertad a la hora de trabajar y tomar sus propias decisiones, aunque estas no sean siempre las correctas para que ellos mismos se den cuenta de los errores que cometen y los modifiquen en el futuro y no sólo basarnos en una transmisión de datos y contenidos que se olvidarán al cabo de un tiempo.