Imagen generica
¿Aún no estás registrado?
Regístrate ahora, son 2 minutos

Contextualización de la literatura, una asignatura pendiente

Raquel Alcalde Paniego

Publicado el 23/10/2023 21:10

La asignatura de literatura ha ido perdiendo peso en las aulas y con ello la capacidad de compresión lectora, materializándose además un detrimento de la buena ortografía del alumnado, de lo cual, las nuevas tecnologías también han sido partícipes. Es consabido que en décadas pasadas las lecturas elegidas, que en muchas ocasiones eran clásicos y tenían un lenguaje anticuado, acababan siendo una carga para los estudiantes que leían la obra con hastío. Textos con los que después no se realizaba un trabajo de contextualización y entendimiento, para poder comprender lo leído, lo que convertía a la asignatura de literatura en una pesada piedra con la que la mayoría de estudiantes tropezaban y acababan odiando. Años después seguimos eligiendo unos determinados libros cada año, ajustándolos a unos parámetros establecidos por los objetivos del año lectivo, entre los que se encuentra buscar texto con facilidad en la comprensión lectora, que entre dentro de los intereses del aula y que están marcados por un número determinado de libros.

Por lo tanto, los criterios que se utilizan para seleccionar unos libros un año u otro, dejan al alumnado como simple lector “obligado”, que no encontrará la motivación suficiente para apasionarse por la lectura y en ningún momento formará en su conciencia a un lector crítico.

Es hora de darle una vuelta de tuerca a esta apasionante asignatura y analizar las lecturas obligadas como una materia interdisciplinar, cambiar los parámetros establecidos y buscar lecturas que podamos compartir en otras asignaturas y que nos obliguen a manejar otras materias. Tenemos que trabajar las obras literarias desde todos los ángulos posibles, empezando por la contextualización de la obra, de su autor y del año de publicación. Obligando al alumnado a situarse en distintos periodos de la historia, conocer lugares, personajes, culturas que le ayuden a situar la obra en su momento y con ello reforzar sus nociones en la asignatura de historia y conocimiento del medio. El visionado de mapas actuales y de las épocas a tratar, acercaran a los estudiantes conceptos geográficos y de entendimiento de ideas básicas de geopolítica, siempre ajustándose al nivel de la clase. La comparación de distintas obras a lo largo de los siglos, aportará también elementos sobre la relación inseparable de los movimientos literarios y los movimientos sociales, mostrando además los distintos estilos narrativos y la riqueza del lenguaje utilizado.

Por ello debemos buscar libros que más allá de ser un determinado número de lecturas obligadas, sean textos que cubran las necesidades lectoras de cada alumno y sus intereses como estudiante, ayudándole a enriquecerse de manera transversal en otras asignaturas.

Pero con la contextualización de la obra literaria en todos los aspectos posibles no solo conseguiremos enriquecer la lectura, sino que además trabajaremos un problema muy actual, el presentismo: la errónea justificación de censurar partes o incluso libros enteros por creer que su lenguaje o su narrativa pueden ofender a distintos colectivos e incluso a culturas milenarias. Es trabajo del profesorado ayudar a los estudiantes a comprender el uso de un determinado lenguaje y las connotaciones que derivan de ello como un hecho cultural que el escritor utilizó en un determinado momento, ya que estaba integrado dentro de la cultura de su época, exponiendo a los estudiantes que, con los años, el rico y poderoso poder del lenguaje se va modificando para ajustarse cada vez más a los parámetros sociales en los que se vive actualmente. El lenguaje está vivo, las palabras nacen, sufren modificaciones y muchas veces desaparecen por la falta de uso, pero conocerlas nos enriquece. Teniendo esas herramientas a su disposición, será el alumno el que después decida cómo utilizarlas y hacia dónde dirigir sus lecturas. Así estaremos construyendo lectores críticos que sepan solucionar los problemas y que sean capaces de hablar con el pasado, dialogar con los autores clásicos y manejarse en tiempos remotos, sin que ello lleve a un confrontamiento entre las palabras utilizadas por el escritor.

Trabajar la contextualización del autor de la obra nos descubrirá en qué parámetros históricos se movía, podremos ver reflejada en sus palabras la influencia de la sociedad en la que ha vivido, incluso nos podrá dar pinceladas de los principios y sensibilidades del escritor y en muchas ocasiones nos presentará un lenguaje o unas palabras características de su entorno.

Por otro lado, la contextualización de la obra en sí, nos ayudará a encajarla dentro de movimientos literarios, a reconocer a qué clase de narrativa pertenece, sus valores constructivos, ya sean ético, morales o sociales, la influencia que ha recibido de otras obras y la influencia que ella ha podido tener en posteriores libros.

En cuanto a la contextualización del año de publicación de la obra es un punto que será importante tratar en determinados libros que, por motivos políticos o religiosos, han sido censurados y se han tenido que editar en años posteriores. Así podremos reconocer que los libros, a lo largo de los siglos, han tenido en muchas ocasiones la fuerza de transcender en la sociedad o de ser un acto de insurrección por parte del autor.

Las estrategias que podemos aplicar para llegar a realizar una contextualización completa del libro son numerosas y estarán sujetas a las posibilidades del centro:

-Buscar biografías, datos e imágenes del autor que nos familiaricen con él.

-Acontecimientos destacados de la historia que se establezcan en la horquilla que transcurre durante la vida del autor y durante el tiempo en el que transcurre la obra.

- Indagar sobre aspectos sociales de las épocas referidas: vestimenta, transporte, oficios, moralidad, leyes, hobby, deportes, alimentación, periódicos de la época…todo lo posible para acercar el texto a los alumnos.

- Analizar mapas geográficos, políticos, urbanos incluso climáticos que ayuden a establecer parámetros de localización de los acontecimientos narrados en la obra presentada.

- Hacer listas de libros que han servido de inspiración al autor, o que entran dentro del mismo género literario y que pueden ayudar a entender mejor la narrativa tratada.

-Hacer una recopilación de todos estos datos y crear una especie de museo literario donde el material se pueda consultar en cualquier momento y el alumno se sienta más cerca de la narración que está leyendo.

Todos estos parámetros están sujetos a que las obras literarias que se presenten para el aula sean textos con calidad, de una narrativa diversa, que sean de interés para la clase, que se entienda que cada alumno también tiene un contexto personal y que cada uno verá la obra de una manera, que no se quiera con el libro inculcar ningún tipo de ideología, que se respete el ritmo lector de cada alumno y que entre dentro de los niveles de lectura.

La contextualización de la literatura es una asignatura pendiente, en la mano de los educadores está trabajar este concepto y acercar la literatura a los alumnos como pieza vertebradora de muchas otras áreas del conocimiento. Posiblemente en la elección de libros clásicos y contemporáneos esté la mejor alternativa para que los alumnos se acerquen a entender el pasado y a profundizar con su presente. Trabajar todos los temas anteriormente tratados hará alumnos muchos más completos y creará a lectores con una conciencia crítica.

0
“¿Te ha parecido interesante este artículo? ¡Dale a me gusta!