Janusz Korczak era también conocido como Stary Doktor (El Viejo Doctor). Su historia no es realmente conocida en España pero este médico, pedagogo y escritor, marcó un antes y un después en la historia de Alemania y de Polonia. Vamos a acercarnos un poco más a la historia de este defensor y amante de los niños.

Desde joven, a Janusz Korczak le interesaban las temáticas que estaban relacionadas con los niños. Así, se licencio en Medicina pero se especializó en Pediatría y comenzó a interesarse por la educación infantil y por la pedagogía trabajando en colonias de vacaciones para niños.

Janusz Korczak construyó un orfanato en Varsovia en el que ayudó y educó a cientos de niños. Korczak apoyaba la práctica de los principios de la democracia en los niños, sostenía que a ellos les corresponde en la misma medida que a los adultos tomar decisiones, ya que la diferencia entre un adulto y un niño es que carece de su bagaje de experiencias. En dicho orfanato, los niños realizaban su propio periódico, siendo un pilar fundamental en la socialización de los niños así como en su emancipación.

Los que le conocieron, destacan de Janusz Korczak su altruismo en todos los aspectos relacionados con los niños, ya fuera en la atención médica o con los niños del orfanato. El defendía que los niños deben crecer con una infancia libre de preocupaciones, que no de obligaciones, defendía que cada niño debía entender y vivir emocionalmente cada situación concreta, experimentándola y tomando sus propias decisiones.

Como vemos, Korczak tenía una percepción de democracia en la escuela y defendía la teoría del dialogo, sentenciando por completo la violencia tanto física como verbal basada en la superioridad por edad o por jerarquía del poder.

Además de por su pedagogía, Janusz Korczak  destacó por lo diversos ensayos y libros de ficción que publico sobre la infancia como “Niños en el Cuarto de Dibujo”; “Si yo volviera a ser niño” o “Los Niños de las Calles”. En cuanto a la literatura infantil se puede destacar “El Rey Mateito I” o “Kaitus El Mago”.

Pero el final de Janusz Korczak no fue el deseado ni el que aparecería en cualquier historia dirigida a los niños. Los dirigentes alemanes decidieron trasladar a los niños de su orfanato al campo de concentración de Treblinka, pero deseaban salvar a Korczak debido al prestigio con el que contaba como pedagogo y como escritor pero el decidió rechazar dicha “ayuda” ya que no quería abandonar a los niños y a los empleados del orfanato.

Janusz Korczak hizo a sus niños que se vistieran con sus mejores galas y que cogieran su libro o su juguete favorito para que lo llevaran con ellos y se fueron cantando hasta la estación de tren. No se supo nada más ni de Korczak ni de sus niños, aunque se cree que todos murieron en la cámara de gas de Treblinka.

A los treinta años de su muerte se le concedió el Premio de la Paz de los libreros alemanes y se otorgan cada año el premio Janusz Korczak de Literatura, por lo que podemos comprobar que, aunque hayan pasado muchos años, el recuerdo de Korczak sigue en la cabeza de miles de personas.