Hace unos días, Guy Ryder, director general de la Organización Internacional del Trabajo alertó que el problema del desempleo juvenil debe ser una prioridad a nivel mundial si no queremos que esta situación sea un estigma que arrastre a los jóvenes durante gran parte de su vida laboral.

El director de la Organización Internacional del Trabajo afirmó “la desconexión con el mercado de trabajo en un periodo temprano de la vida puede crear desconexión con la vida social, política y económica”.

Y es que según los últimos datos, el 37% de los desempleados que se encuentran en todo el mundo son jóvenes. Tras varios años estudiando incluso carreras universitarias e incluso ciclos de postgrado, el desempleo juvenil puede llevarles a una desmotivación y una pérdida de competencias que serán validas para su futura vida laboral.

Como una posible solución a esta problemática como es el desempleo juvenil, se puede considerar la formación para el empleo y su fomento en los distintos países para bajarla tasa de paro juvenil, dando a los jóvenes  aprendices un estatus de trabajador a la vez que se le da una oportunidad para iniciarse en el mundo laboral.

Engracia Hidalgo, secretaria de Estado de Empleo, ha reafirmado las declaraciones de Ryder añadiendo que la formación en el empleo va a ser “una herramienta clave para la competitividad del país”.

Y es que estos jóvenes son la clave de la empleabilidad del futuro, por lo que es necesario apostar por ellos desde el comienzo para que logren adquirir las competencias claves para desarrollarse en futuros trabajos adecuadamente.

Uno de los principales problemas que encuentran los jóvenes hoy día, es que en las mayorías de las ofertas de trabajo actuales se piden uno o dos años de experiencia mínima como requisito indispensable para optar a dicho puesto, requisito que no cumplen los jóvenes que acaban de finalizar sus estudios universitarios, haciendo más difícil si cabe la inserción laboral de estos jóvenes y agravando aún más el desempleo juvenil.

Todos los países deben luchar por conseguir combatir el desempleo juvenil y combatir así la lastra que en un futuro pueden tener estos jóvenes ante la dificultad de conseguir su primer puesto de trabajo e iniciar sus andaduras en el mundo laboral.