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Actividades lúdicas para niños con discapacidad motora

Rocío Cabrera

Publicado el 23/06/2020 11:06

Actividades lúdicas para niños con discapacidad motora

Cuando hablamos de discapacidad motora hacemos referencia a las alteraciones del aparato motor y su funcionamiento.  Algunas de estas pueden ser en el sistema óseo, articular, nervioso y/o muscular, impidiendo en algunos casos realizar actividades de la vida cotidiana.

Podemos hablar de diversos tipos de esta discapacidad como la parálisis cerebral  que se produce por una lesión encefálica en la etapa prenatal o durante la infancia, la espina bífida que se trata de una anomalía de la columna vertebral  que provoca una parálisis por debajo de la lesión, la miopatía caracterizada por la pérdida de la fuerza debido a una degeneración muscular progresiva o la ataxia que conlleva la dificultad para mantener el equilibrio, la postura y el control del movimiento voluntario (UNIR, 2020).

Los diagnósticos de estas enfermedades son muy diversos, obedeciendo a múltiples causas y pudiendo ir acompañados de trastornos  asociados a lo cognitivo, lingüístico o conductual. Incluso los niños que comparten un mismo diagnóstico pueden necesitar tratamientos diferentes ya que la intensidad también varía.  Se pueden producir por motivos hereditarios o genéticos, amnióticos, infecciones microbianas, accidentes o traumatismos e incluso por motivos desconocidos.

Conocemos como lúdico a aquel  adjetivo que designa todo aquello relativo al juego, la diversión, el ocio… La actividad lúdica en la infancia favorece la autoconfianza, la autonomía y la formación de la personalidad, siendo así actividades recreativas primordiales que en ocasiones incluso sirven como herramienta educativa. El juego es importante para cualquier niño pero aún más en aquellos con algún tipo de necesidad específica ya que va a significar diversión, una vía socio-educativa y una herramienta de estimulación psicomotriz para la mejora en su desarrollo (Fuentes, 2018).

Podemos realizar juegos de construcciones  o interactivos, para que los ayuden a nivel motor, que identifiquen objetos o sonidos, ayudando a nivel sensorial, que descubran juegos, colores y conceptos para la ayuda de lo cognitivo, juegos colaborativos o grupales que provoquen interacción entre iguales para la ayuda de lo social… Todo ello en su conjunto, fomentará la autoestima interviniendo en la mejora de lo emocional. Con ello buscamos que los niños sean capaces de aprender determinados conceptos y valores que les ayuden a formar poco a poco su identidad como personas, a desarrollar su carácter y su inteligencia.

Algunos consejos a tener en cuenta cuando vayamos a escoger un juguete que esté adaptado y pueda estimular a los niños con discapacidad motriz son; que puedan manipularlos sin la necesidad de la ayuda de terceros con la intención de que refuercen su autonomía, que pulsadores o botones sean accesibles, identificables y fáciles de accionar ya que en caso contrario, les aburrirá al no saber usarlo dejándolos de utilizar, que los juguetes de sobremesa tengan antideslizantes en su parte inferior para que no se les caiga constantemente y que eviten la realización de movimientos simultáneos para que no les resulte demasiado complejo. Aunque las principales cosas a tener en cuenta es que estén adaptados a la edad y al grado de discapacidad en el que se encuentren. Necesitan de supervisión y apoyo pero siempre debemos evitar cualquier tipo de relación paternalista para que el niño no se sienta inferior, protegido o diferente a los demás compañeros.

Es importante que los ayudemos, y qué mejor manera que a través de juegos lúdicos que proporcionen diversión. Pero eso sí, debemos tener muchísimo cuidado y saber cómo hacerlo o que juguetes utilizar para no perder el tiempo y que no les sirva de nada o incluso llegando a producirles un empeoramiento de su estado.

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