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Problemas emocionales en niños y niñas

JOSÉ LUIS DONAIRE GONZÁLEZ

Publicado el 22/05/2019 15:05

 

Para poder detectar los problemas emocionales de los niños y niñas es imprescindible utilizar la observación. En numerosas ocasiones un cambio en el comportamiento del menor puede estar desencadenado por algún problema emocional.

Si observamos al niño/a, seguramente seriamos capaz de darnos cuenta de algun cambio en su comportamiento. Algunas de las señales más claras que vienen a decir que algo no marcha bien y que está relacionado con algún trastorno emocional son las siguientes:

  • Cambios de humor: de repente se aprecia que el niño/a tiene cambios repentinos o bruscos de humor. En un mismo día puede encontrarse eufórico o enfadado, feliz o triste.
  • Más Hostilidad: el niño/a se muestra más arisco. No reacciona bien a las bromas, se muestra más sensible y todo parece molestarle.
  • Pasotismo: el niño/a antes mostraba pasión por determinadas actividades propuestas, sin embargo, de pronto parece haber perdido la ilusión y muestra cierto rechazo a todo.
  • Desinterés: Pérdida de interés por actividades que antes le entusiasmaba.
  • Violencia: el menor de repente se muestra con mayor rebeldía, e incluso se muestra más agresivo.
  • Cambios de apetito: La relación con la comida es un indicador de cómo está el menos a nivel emocional. Es decir, si cambia su alimentación y de pronto comienza a comer  con ansiedad o por el contrario, rechaza la comida o pierde el apetito, es un claro síntoma de que algo le perturba emocionalmente.
  • Cambios en los hábitos del sueño: si al menor se le acentúan las ojeras, bosteza con mucha frecuencia, sufre de insomnio o tiene muchas pesadillas.

Todos estos aspectos hay que tenerlos en cuenta a la hora de reconocer los problemas emocionales de los niños, de ahí que sea tan importante la observación.

Son muchos los trastornos emocionales que podemos observar en un niño/a, sin embargo los que se presentan con mayor asiduidad son los siguientes:

  • Falta de empatía: en estos casos, los niños son incapaces de reconocer las emociones de las otras personas, por ende, no notan si una persona está triste o contento. Además no son capaces de comprender por qué se sienten así.
  • Depresión: se puede causar por diversos factores. Altera en gran medida la conducta del menos, así como el estado de ánimo, rendimiento escolar, respuestas ante estímulos externos y su forma de relacionarse con los demás.
  • Ansiedad: se trata de un mecanismo de defensa ante una amenaza o un peligro. La ansiedad en situaciones injustificadas puede provocar nervios, inquietud e irritabilidad.
  • Fobias: son miedos en exceso. Algunos de esos miedos pueden estar relacionados con cosas tan cotidianas como puede ser la lluvia. Las fobias provocan grandes complicaciones que afectan a la estabilidad mental. 
  • Intolerancia a las frustraciones: se produce cuando existe una imposibilidad por aceptar las reglas, normas o situaciones que no les resulte convenientes o de su agrado.

¿Cómo tratar los problemas emocionales en los niños?

La mejor recomendación para tratar los problemas emocionales en menores es acudir a un profesional.

Por ejemplo, un psicólogo o psiquiatra, por ejemplo, podría programar un plan de educación emocional o inteligencia emocional para poder enseñar a gestionar las emociones y controlar los diferentes sentimientos que surgen ante distintas situaciones. Ser inteligentemente emocional es una de las armas más poderosas para erradicar con los problemas emocionales.

De todas formas, debemos tener en cuenta que su entorno más cercano, profesorado, familias, compañeros, etc., han de ser lo suficientemente compresivos y abiertos con la finalidad de ayudarles. Hay que estar dispuestos a enseñarles los valores necesarios y sobre todo, que perciban que, cuando algo no vaya bien, le perturbe puede contar con alguien y desahogarse. Saber que no está solo.

Por otro lado, hay que destacar la importancia de que exista una buena comunicación entre el hogar y el centro educativo, ya que si los docentes saben que el niño/a está pasando por un cambio que puede afectarle a nivel emocional pueden comunicarlo a las familias y viceversa y poder actuar de manera conjunta para mejorar esa situación.

 

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