Acaba de finalizar para muchos alumnos y alumnas el curso escolar 2014/2015, y ya están a la espera de que en tres meses cambia el currículo escolar, con la entrada de la LOMCE, la cual, hasta el momento en muchas comunidades aún no se había aprobado y llevado a cabo. Conocida por todos como la “Ley Wert”. Si para muchos alumnos y alumnas de nuestros colegios, les resultaba difícil superar esta etapa, con la introducción de la LOMCE, las condiciones para pasar de curso son más complicadas, lo que conllevará a mayor fracaso escolar y abandono temprano.

Para una mejor comprensión de la nueva reforma educativa, vamos a establecer las diferencias que hay entre dicha ley educativa y la anterior, la LOE, Ley Orgánica de Educación (2006), en cuanto aquellas medidas que más han afectado a la comunidad educativa, a los alumnos y alumnas, y a las familias.

Por un lado, nos encontramos frente a la evaluación y la promoción, en el que la LOMCE establece que si un alumno o alumna suspende más de dos materias tiene que repetir curso, incluso si esas dos asignaturas son Lengua y Matemáticas. Pero en algunos casos en concreto, la normativa ofrece la posibilidad de que un alumno con tres materias suspensas puede pasar curso, si el equipo docente considera que en el siguiente curso no va a tener problemas. En el caso de la LOE, los alumnos y alumnas repetirán curso cuando tengan tres o más materias suspensas, excepto cuando el equipo docente considere que el alumno o alumna deba pasar, por determinados factores. Y, por otro lado, con la nueva normativa educativa, los alumnos y alumnas que superen todas las materias, antes de finalizar la ESO y recibir el título, deberán hacer una prueba escrita (evaluación de diagnóstico) de todas las competencias básicas que han adquirido en los cuatro años de esta etapa; a diferencia clara de la LOE.

Ante las dos principales reformas habidas, es por ello que en muchas comunidades de España, no han querido aún introducir esta regulación en el sistema educativo, ya que consideran que en lugar de favorecer a los alumnos y alumnas que son los pilares más importantes, lo que van a conseguir es, tal y como hemos dicho anteriormente, provocar un aumento del abandono temprano y de fracaso escolar. Debido a que los alumnos/as no están preparados para ello, ya que hasta el momento no se había convocado una prueba de diagnóstico que valore si el alumno o alumna puede o no pasar a Bachillerato o módulo y recibir su correspondiente título, lo que ha provocado numerosas huelgas y mareas de maestros/as, alumnos/as y madres y padres,  no solo por lo redactado anteriormente, sino también porque no todos los alumnos y alumnas tienen las mismas capacidades y el mismo ritmo de aprendizaje, y por lo tantos estos alumnos no van a tener las mismas posibilidades que quizás el resto, lo que conlleva a la desigualdad de oportunidades.