El distrito de Saunalahti, es una ciudad finlandesa de Espoo, donde en 2012 se daba por inaugurada la escuela de Saunalahti, considerada como la niña de los ojos del sistema educativo finlandés.

Finlandia es famosa por la buena y excelente calidad de su sistema educativo teniendo en cuenta sus resultados en los Informes PISA sobre los sistemas educativos de la OCDE, donde Finlandia recibe regularmente las mejores calificaciones a escala mundial. Desde 2003 los alumnos finlandeses de 15 años figuran en el primer lugar del ranking mundial en cuanto a competencias lingüísticas y científicas, y en segunda posición en cuanto a resolución de problemas.

El centro escolar de Saunalahti es famoso por la creación de su infraestructura con el único objetivo de fomentar un sistema pedagógico con tres pilares fundamentales: Interacción y colaboración, aprendizaje fuera del aula y aprender haciendo.

Los colegios del futuro promueven que las actividades educativas se lleven a cabo cada vez más afuera de las aulas tradicionales y se introduzcan nuevas formas de aprendizaje. Por ello, la escuela Saunalahti es un edificio adaptado para apoyar las ideas pedagógicas de la escuela del futuro.

En su funcionamiento, el centro pone especial énfasis en las nuevas formas de aprendizaje, el arte, la educación física y la colaboración. El edificio apoya estas ideas mediante la creación de espacios para la interacción en diversas escalas y atmósferas.

Este centro está organizado con espacios abierto para toda la comunidad educativa, con grandes ventanales que permiten la entrada de la luz solar, eliminando así la necesidad de la luz artificial, además de contar con multitud de espacios abiertos entre los que se destaca un gran patio central que comunica todas las estancias. La organización espacial de la escuela apoya el aprendizaje fuera de las aulas y alienta a los niños a usar los espacios de la escuela de manera abierta y heterodoxa. Cada espacio interior y exterior es un lugar potencial para el aprendizaje.

El colegio está repleto de espacios para sentarse, trabajar, estudiar y para algo imprescindible, divertirse. Además de las clases normales, la escuela contiene un centro de día que ofrece actividades de ocio para jóvenes en edad preescolar y una pequeña biblioteca que combina las funciones de biblioteca comunitaria y escolar. En las tardes y fines de semana, diferentes especialistas organizan actividades que reúnen a diferentes grupos. Las instalaciones de gimnasia son de uso común y los residentes locales utilizan activamente los campos de deporte. El edificio, con su amplia versatilidad de servicios se convierte en el punto de encuentro para las familias de la zona a todas horas.

La idea es sencilla: si la vida comunitaria gira en torno a la escuela todo el mundo se preocupará de que esta funcione como es debido.

Aprender y hacer con las propias manos mejora los resultados de aprendizaje y multitud de estudios lo demuestran, por lo que el arte y la educación física contribuyen a un buen aprendizaje y crecimiento. En el centro Saunalahti estos espacios de enseñanza tienen una ubicación privilegiada en el edificio. Los talleres se abren a través de muros de vidrio hacia la calle y el patio de la escuela.

La decoración e infraestructura está de forma que inspira tranquilidad, calidez y da sensación hogareña, haciendo que el alumnado se sienta como en casa, en vez de sentirse encerrado en un lugar lúgubre y entristecido.

Javier Melgarejo, licenciado en Psicología y Doctor en Pedagogía, y siendo un gran experto en el sistema educativo finlandés, afirma que “el éxito finlandés se debe a que encajan tres estructuras: la familia, la escuela y los recursos socioculturales” que funcionando de forma coordinada, se complementan entre sí.

¿Es éste el camino que debe de seguir el sistema educativo español?