La formación de los trabajadores españoles es insuficiente. Y es que estos días ha salido a la luz un informe relacionado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). En el que se afirma que el 58.4% de las ofertas de empleo en la próxima década irán dirigidas a trabajadores con educación universitaria o con Formación Profesional Superior.  

Este informe, titulado La “Formación y el empleo de los jóvenes españoles. Trayectoria reciente y escenarios futuros", afirma también que las oportunidades laborales para los jóvenes que solo completen la educación obligatoria serán casi inexistentes en los próximos años.

Dicho informe apunta pues a que las oportunidades laborales se centrarán en los jóvenes que tengan más cualificación por su nivel de estudios y de competencias adquiridas, lo cual llevará a que exista una mayor desigualdad laboral que han comenzado a desarrollarse durante la crisis debido a la insuficiente formación de los trabajadores.

En este informe, se detalla que la diferencia de puntos entre jóvenes con estudios y sin ellos es bastante notable. En el caso de los jóvenes que posean un título un ciclo formativo de grado superior será de 10,7 puntos porcentuales más de probabilidades de estar ocupados frente a los jóvenes sin estudios postoblogatorios y en el caso de los universitarios es de 12,9 puntos.

Como vemos en España la formación de los trabajadores es necesaria y es que se está dando un claro caso de “titulitis” en el que las personas que decidieron abandonar los estudios para comenzar en el mundo laboral, o se vieron obligados a ellos por diferentes motivos, no tienen un hueco.

Ahora es necesario que la formación de los trabajadores sea como mínimo de estudios superiores para poder aspirar a un puesto de trabajo pero a este ritmo, y con la implantación del carísimo plan del 3+2, será algo esencial contar con un máster para poder aspirar a un puesto laboral.

Esto no sería una mala noticia si no se tratara a la educación (sobre todo la superior) como un negocio de la que cada vez cuesta más (económicamente hablando) formar parte y se pusiera en cuestión la preparación y formación de los trabajadores.

Educación si, preparación para un puesto laboral, también. Pero no a costa de contribuir con las desigualdades sociales y económicas que ya acechan al país. La educación es algo básico y un derecho único en todas las personas, por lo que no puede tratar como si de un negocio se tratase ni tampoco se debe jugar con la formación de los trabajadores.