En el próximo curso escolar comenzará a implantarse la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) en primero, tercero y quinto de Primaria, pero no en todas las comunidades se va a implantar ni al mismo ritmo ni de la misma forma debido a la controversia creada por los libros de texto.

Algunas comunidades autónomas han recomendado a los centros escolares que no los cambien e incluso han paralizado sus programas de renovación de libros. El Ministerio de Educación se ha declarado imparcial en este aspecto al afirmar que la LOMCE “establece que los centros educativos gozan de autonomía” sobre la elección de materiales.

Por una parte nos encontramos con la opinión de la Plataforma Estatal por la Escuela Pública que pide “el mantenimiento de los libros de texto actuales” y por otro lado la petición de la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza, la cual defiende que deben actualizarse los libros al nuevo desarrollo curricular en interés de una treintena de editoriales.

Desde Anele afirman que ya son ocho las comunidades que han comunicado que el cambio de libros no es necesario. Entre ellos se encuentran: Andalucía, País Vasco, Catilla y León, o Cantabria.

Otras comunidades han optado por un camino intermedio. Madrid ha pedido a los centros que en la medida de lo posible mantengan los manuales en las asignaturas que sean factibles y que “sean los maestros los que complementen las lecciones si hay que añadir algún contenido”.

Como vemos existen controversias en cuanto a la aplicación de la LOMCE y sobre todo en lo respectivo a los libros de texto. La Plataforma Estatal por la Escuela Pública ha exigido a su vez la gratuidad de dichos manuales.