Imagen generica
¿Aún no estás registrado?
Regístrate ahora, son 2 minutos

Land Art, infancia. Conectar con la naturaleza, energía ancestral

Ana María Soteras Gay

Publicado el 06/03/2022 19:03

Land Art

Decir hoy en día que parte de algunas prácticas innovadoras y poco usuales dentro de nuestro marco educativo tienen su origen en un pasado muy lejano, suena incoherente ¿verdad? ¿Cómo vamos a innovar si por ello debemos recurrir a épocas no actuales? ¡Menuda barbaridad! ¿A quién se le ocurre? Sinceramente, aquello que me parece aún más incomprensible es que no sean prácticas habituales en nuestros espacios y centros denominados educativos. Para empezar, una pequeña radiografía de la infancia que acude, de forma no obligatoria, a nuestros centros de primer ciclo de infantil, es decir, dirigidos a la infancia de entre 0 y 3 años de edad. Este grupo de niñas y niños comprendido en estas edades a las cúales debemos comprender y conocer dos aspectos que son poco valorados e incluso, en algunas ocasiones, obviados por, posiblemente, falta de verificación. Estos dos aspectos conforman parte de las características del mismo ser y corresponden a su herencia ancestral, la cual debemos aceptar, observar y mantener, de manera que poco a poco vamos introduciendo la cultura de nuestra sociedad. El segundo aspecto es la energía, esa capa energética que todos tenemos y nos cubre, pero que poco a poco se nos va desapareciendo como resultado de la misma culturalización. Aquella energía que captamos y desprendemos a través de los pies descalzos, por ejemplo. No olvidemos que en los pies de las niñas y los niños podemos encontrar 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 tendones, músculos y ligamentos, los cuales nos permiten poder caminar. Imaginad la capacidad de percepción que los pies ofrecen. Y, aun así, ¿hay muchos pies cubiertos en centros y espacios educativos?

Conectar con la naturaleza forma parte de este proceso que nos vincula a nuestra herencia ancestral y a nuestra capa energética. Es la base de la relación, ya que permite acceder a la capacidad a aprender a sentir la esencia interconectada e interdependiente y, a su vez promover la empatía con el mundo que lo rodea. En un segundo paso posterior a este conectar está el sentir, el percibir, desarrollando los sentidos de observación, tacto, olor, escucha, gusto, intuición.,para continuar con la indagación como un tercer paso en este proceso hacía el pensamiento analítico. Es decir, reconocer lo que hay en la naturaleza y la aproximación a las relaciones existentes, aquello que no se ve. Finalmente, un último paso sería el actuar, conectando cadenas de casualidad, desarrollando capacidades de pensamiento sistémico desde los primeros años de vida. En esta edad temprana comienza con la exposición a la naturaleza, el uso de los sentidos y el procesamiento de emociones y percepciones.

Land Art es una propuesta realmente atractiva para que los más pequeños puedan impulsar su creatividad y progresar en su autonomía, a la vez que enlazamos con nuestra visión de atajar los dos aspectos implícitos en el ser, como he comentado anteriormente. Ofrece oportunidades a la curiosidad, impulsa la posibilidad de ganar en iniciativa, ayuda a elaborar y establecer significados, permite conocer el entorno que les rodea, y a su vez identificarse como parte de él, a más a más ofrece experiencias de juego y creación. Land Art es relación. Una relación que transforma un espacio donde interactúan infancia y naturaleza. Esta propuesta considerada como corriente de arte contemporáneo, su fin es la creación de obras de arte en plena naturaleza, usando para ello elementos naturales como pueden ser palos, hojas, pétalos de flores, piedras, ramas y otros muchos. El lenguaje visual de las diferentes propuestas que se exponen al aire libre ofrecen grandes posibilidades desde agrupaciones de hojas, palos, piedras, decoraciones de elementos con hojas, pétalos, ramas hasta verdaderas estructuras y confecciones que dan respuesta a la motivación intrínseca, con la finalidad de producir emociones, reflejar la relación entre el ser humano y la tierra mediante la intervención en un espacio natural, intervenir jamás agredir A nivel educativo tiene un valor incalculable, desprende tantas posibilidades y capacidades que resulta realmente complicado delimitarlas. Desarrolla en todo su esplendor la estimulación de inteligencias múltiples de cada uno respetando su tiempo, su momento, su ritmo, observando, manipulando, experimentando, ofreciendo posibilidades de acción, facilitando el tanteo, el ensayo-error, optimizando la resolución autónoma a las posibles dificultades que aparecen durante todo el proceso de creación, promueve la expresión mediante el lenguaje visual, plástico, corporal, ofrece un contexto para establecer primeros contactos, primeras aproximaciones al otro, a interesarse por el otro, para observar y medir la propia actuación, la interacción que conforman los inicios de la socialización . Ver la naturaleza como una gran aliada, abre un sinfín de puertas hacia un enfoque más holístico y al desarrollo de individuos sensibles, empáticos y con la capacidad de entender y participar en la construcción de un mundo que va más allá de la sostenibilidad.

7
“¿Te ha parecido interesante este artículo? ¡Dale a me gusta!