La LOMCE ha traído además de cambios en el sistema de becas y en diversas asignaturas, cambios en la organización y en la evaluación de los centros escolares, como por ejemplo es la elección del director de centro o una evaluación anual en la que se elabore un ranking de centros por comunidades así como una evaluación del profesorado.

En este último punto, se puede leer en el borrador de la Ley Orgánica de Mejora para la Calidad Educativa que para Primaria, Secundaria y Bachillerato, se evaluará tanto los aprendizajes del alumnado como los procesos de enseñanza y la práctica docente de su profesorado.

Para Primaria, se realizará una evaluación continua y global al finalizar el tercer curso y otro al terminar sexto, cuyo resultado se expresará en niveles que se harán constar en un informe que servirá para comparar con otros centros educativos a nivel provincial o autonómico más que para la mejora personal del alumnado.

En cuanto a Secundaria y Bachillerato, esta prueba se realizará al finalizar el último curso correspondiente obteniendo una nota de 5 sobre 10 de la nota final, aunque en el caso de Bachiller, la calificación final será obtenida entre el 60% de media de las calificaciones en las materias cursadas en Bachillerato y el 40% de la nota de dicho examen.

La evaluación del profesorado es un tema que está aún un poco en el aire, pero en varios colectivos se sobreentiende que la evaluación del profesorado ocurrirá dependiendo de la nota final que obtenga el alumnado en este tipo de pruebas, lo cual no es justo en lo referente a estos, ya que podría causar que se inflaran las notas de manera que también subiera la nota del profesorado, lo cual no asegura un buen conocimiento por parte del alumnado y por lo tanto, no resultaría en una mejora de la calidad educativa.

Pero por ahora nos toca esperar a que esta ley se ponga en práctica para saber cómo va a afectar realmente esta evaluación del alumnado y del profesorado en los resultados o en la actividad diaria de los profesionales de la educación.