Según unos últimos datos orecidos a nivel europeo, España se encuentra entre los países con más tasas universitarias y con peores becas. España es uno de los diez países de la Unión Europea cuyos precios de matrícula oscilan entre los 2.000 y los 18.000 euros. Este estudio afirma también que son las regiones con las tasas más bajas o nulas las que ofrecen unos resultados más satisfactorios.

Estos dato han sido ofrecidos por el Observatori del Sistema Universitari en el que se muestra que en otros 11 países la matricula cuesta entre unas decenas de euros hasta un máximo de 1.000 y en ocho, el acceso a los estudios de grado son gratuitos.

Curiosamente, los países en los que el precio de la matrícula es más caro son a la vez los que menos ayudas y becas ofrecen al alumnado. El informe del Observatori afirma que “Son precisamente los países nórdicos (que son los que mantienen el acceso gratuito a los estudios universitarios) donde hay más estudiantes que cobran becas y donde éstas tienen importes más altos”.

Además también nos podemos encontrar que las becas basadas en las rentas familiares y del alumnado, están mucho más generalizadas en Europa que las becas basadas únicamente en los méritos académicos.

Estos nuevos datos deberían hacernos reflexionar (de nuevo, como siempre) sobre el sistema educativo que estamos siguiendo y al que nos dirigimos con los cambios que se están produciendo con la nueva ley educativa que entrará en vigor en las próximas semanas.

Pero más que haceros reflexionar a nosotros, debería hacer reflexionar a nuestros políticos que son los encargados de fijarse en los vecinos europeos únicamente en los resultados y en los medios que se siguen para lograrlos. Es decir nuestro ministro de Educación quiere perseguir el ideal finlandés y lograr los resultados que ellos tienen, pero con las medidas que está tomando el gobierno lo único que realmente está logrando es alejarnos un poco más cada vez.

Que seamos el país con esas tasas y esas becas dice mucho de la política educativa que se está tomando en nuestro país, y lo peor es que las consecuencias pueden ser más que desastrosas para nuestros jóvenes.