El objetivo cumbre de las políticas educativas, además de la exigencia de proporcionar una educación de calidad para todos los ciudadanos, es que los jóvenes continúen su formación más allá de las etapas obligatorias establecidas en cada país, ya que supone el logro del bienestar tanto individual como colectivo, asimismo siendo el medio más adecuado para construir su personalidad, desarrollar al máximo sus capacidades, conformar su propia identidad personal y configurar su comprensión de la realidad, integrando la dimensión cognoscitiva, la afectiva y la axiológica de una forma crítica, responsable y libre.

   Por ello desde el año 2000, la Unión europea decidió aumentar de forma sustancial la inversión en Educación, reducir de forma drástica el abandono temprano, promover la educación y la formación a lo largo de la vida e impulsar la movilidad del alumnado y profesorado.

   La cifra de abandono temprano español es de los más elevados de la Unión Europea, lo que pone de manifiesto el importante reto de la sociedad española respecto a la educación y la formación para 2020, que redacta así: “(…) la Comisión General de Educación acordó constituir en 2007 un grupo de trabajo específico para analizar el abandono temprano de la educación y la formación en España y proponer las medidas de política educativa apropiadas para reducirlo. Como consecuencia de los trabajos de este grupo, la Conferencia de Educación acordó en 2008 un conjunto de medidas para reducir el abandono temprano, que ha orientado la cooperación territorial española en este objetivo”

Ahora bien, ¿Qué demuestran los datos?:

   Teniendo en cuenta que el abandono temprano de la educación-formación es el porcentaje de personas de 18 a 24 años que no ha completado la educación secundaria de segunda etapa y no sigue ningún tipo de estudio-formación en las cuatro semanas anteriores a una entrevista de trabajo:

• En el año 2014 la cifra de abandono temprano de la educación-formación en España  para los hombres es la más alta de todos los países de la UE con un 25,6% y duplica la cifra de la UE-28 (12,7%).
• En las mujeres, la cifra de España para el año 2014 también duplica la cifra de la UE-28 (9,5%), con una escandalizadora cifra de 18,1% correspondiendo también así a España uno de los valores más altos de abandono temprano de la educación-formación, solo superado por Malta (18,3%).

   Los elevados niveles de abandono temprano educativo de los jóvenes españoles son motivo de creciente preocupación. El abandono prematuro es señalado como uno de los problemas más graves del sistema educativo español, junto al rendimiento educativo de los estudiantes al acabar la enseñanza obligatoria, medido mediante los informes PISA.

   Ambos problemas están relacionados, ya que, un menor rendimiento en la enseñanza secundaria obligatoria puede propiciar un mayor abandono temprano de los estudios debido a causas de motivación, necesidades varias y búsqueda de otros intereses.

   Sin realizar un estudio sobre abandono temprano escolar según ámbito territorial, según sexo de los estudiantes y según otras variables, se puede confirmar que las grandes causas de los procesos de fracaso y abandono comienzan en causas socioculturales, familiares, déficits institucionales y por último las causas atribuibles al individuo, partiendo de pequeñas diferencias creamos grandes desigualdades entre los jóvenes.

   Por supuesto no debemos olvidar que la educación representa algo secundario en la vida de adolescentes y jóvenes, algo bien distinto de lo que parece exigir el advenimiento de la sociedad de la información, que para ello se sirve de un sistema educativo que establece quién si es válido para pertenecer en el sistema y quién no, todo mediante la calificación máxima y la mínima, incluso entre el aprobado y el suspenso, encontrándose ahí las dificultades para pasar, la oscilación, los cálculos mínimos, las trayectorias entre pertenencia y abandono por desmotivación, desinterés o incluso resignación.

   Por ello entre la conformidad con las exigencias de la institución y el fracaso o el rechazo a la pertenencia a ese sistema educativo que para algunos solo resulta poner trabas, se sitúan todos los grados y formas de desvinculación hacia el mismo.