Cuando se habla de Trastorno del Espectro Autista (TEA) se hace alusión a que la persona que lo presenta padece una alteración de origen neurobiológico que le lleva a una afectación en la configuración del sistema nervioso y al funcionamiento cerebral lo cual lleva asociado ciertas dificultades concretamente en dos áreas: la comunicación e interacción social y la flexibilidad del pensamiento y de la conducta.
En la actualidad, aún siguen existiendo una gran cantidad de mitos en relación con las personas que presentan TEA. A continuación, se describen algunos de ellos:
- Las personas que presentan TEA no tienen sentimientos: esta afirmación es falsa dado que sí que tienen sentimientos solo que los muestran o expresan de forma distinta es decir ellos/as también lloran, ríen, se alegran, se entristecen, se enfadan, sienten celos, etc. En ciertos casos, presentan dificultades para canalizar las emociones o para entender las emociones que presentan los demás, llegando a parecer con ello que son personas poco empáticas.
- No pueden tener amistad con nadie: se trataría de otro mito ya que sí que desean tener amigos y ser sociables, casi siempre con aquellas personas con las que comparten mayor número de intereses, pero su modo de socializar puede ser diferente. En ciertos casos, el hecho de la falta de compresión y manejo de situaciones sociales por parte de estas personas dificultan sus relaciones. En otras ocasiones, lo que ocurre es que hay personas con TEA que pueden presentar mayor sensibilidad a ciertos estímulos sensoriales lo cual los lleva a no sentirse cómodos ante algunas situaciones. Pese a todo ello, las personas con TEA pueden hacer frente a las demandas cotidianas y participar de forma activa en la sociedad si tienen los apoyos precisos, así como los ajustes apropiados en el entorno.
- El TEA es una enfermedad y se cura: es un mito dado que el TEA es un trastorno de origen neurobiológico relacionado con el desarrollo del sistema nervioso, por lo que no se trataría de una enfermedad contagiosa o que se contraer a lo largo de la vida. El TEA no desaparece con el tiempo ni se cura. Sin embargo, a través de la atención temprana adecuada, así como de una intervención individualizada y constante se podrían mejorar y superar algunas de sus dificultades.
- Las personas con TEA son agresivas: se trataría de un mito, en ciertos momentos pueden presentar altos niveles de estrés a consecuencia de las dificultades que presentan para manejarse en ciertos entornos sociales pudiendo llegar a manifestar conductas inadecuadas y que resultan extrañas a otras personas. Únicamente estas conductas van a darse cuando exista una escasa adaptación y accesibilidad del entorno y pueden afrontarse con los ajustes y apoyos precisos.
- No tienen una vida independiente: es un mito dado que algunas personas con TEA que presentan afectaciones leves tienen formación, trabajo y familia y pueden vivir de forma totalmente independiente. A pesar de todo ello, en la actualidad siguen teniendo dificultades de acceso tanto en el mundo académico como laboral.
- Las personas con TEA no hablan: se trataría de un mito debido a que cada individuo que presenta TEA es único y no tiene por qué presentar ausencia de lenguaje ni el mismo grado de afectación, algunos incluso pueden llegar a tener habilidades muy desarrolladas en áreas concretas. Existen casos en los que no se emplea lenguaje verbal pero si otras formas de comunicarse para las que precisan apoyos y recursos, como por ejemplo los Sistemas Alternativos o Aumentativos de Comunicación.
- Llevan asociados rasgos físicos diferenciadores: se trataría de una afirmación falsa ya que las personas con TEA no presentan ningún rasgo físico que los haga diferentes en su apariencia externa. En concreto, las manifestaciones del trastorno son de tipo conductual, y pueden detectarse por los comportamientos que presenta la persona, no por rasgos característicos.
- Llevan asociada una discapacidad intelectual: esta afirmación es un mito dado que el TEA se manifiesta de manera distinta en cada persona en relación con diversas características, como por ejemplo su capacidad intelectual. Si bien es cierto que algunas personas con TEA pueden tener discapacidad intelectual asociada, otras sin embargo pueden presentar capacidades esperadas para su edad o hasta por encima de lo esperado.
Para concluir, después de señalar algunos de los mitos que existen sobre las personas con TEA se hace precisa la necesidad de difundir una información ajustada y realista sobre este tipo de trastorno con el fin de promover una sensibilización sobre el mismo y que se acabe con algunos de los estigmas asociados aún en la actualidad.
