Está surgiendo una nueva metodología que está revolucionando por completo los antiguos modelos de dar las clases. Se trata de la denominada “flipped clasroom” o “clase del revés”.
Los creadores de esta innovadora metodología son los profesores Jonathan Bergman y Aarom Sams del instituto Woodland Park en Colorado (EEUU). En el año 2007 descubrieron un software para grabar presentaciones en Power Point y así poder publicarlas en internet para aquellos estudiantes que habían faltado a clase. Esas lecciones online se fueron propagando y ampliando. A partir de ese momento, comenzó un boca a boca y ambos profesores empezaron a dar charlas a otros profesores sobre su nuevo método de enseñanza.
Esta metodología se trata dar instrucciones de forma online desde fuera de la clase, es decir, precisa que alumnado vea los vídeos y las presentaciones desde su casa, en constante comunicación con otros alumnos y profesores mediante debates online. Y es posteriormente en la clase, donde los conceptos se afianzan con la ayuda del profesorado.
Con este tipo de metodología lo que se pretende es que los alumnos tengan un feedback instantáneo y continuo, ya que los profesores tienen así más tiempo para ayudar al alumnado y explicarles los conceptos más difíciles. Una vez en clase, se asientan los contenidos que no hayan sido entendidos y se ayuda al alumnado que no tiene acceso a internet.
Hasta aquí la teoría. Pero llegan a mí una serie de dudas cuando observo este tipo de metodología. Como por ejemplo, si realmente es bueno el que estudien los conceptos en casa. Es decir, si es bueno que comiencen a dar los contenidos por su cuenta desde casa y luego lo “repasen en clase”. Es mucho confiar en que los estudiantes darán de sí tras seis horas de clase para ponerse a estudiar nuevos contenidos.
Otra de las dudas que me asaltan es: ¿y el alumnado que no tenga acceso a internet? Está muy bien eso de que en la clase el profesorado le brindará apoyo pero el resto del alumnado que sí tiene internet está jugando una carta muy a su favor: y es que ya han tenido contacto con esos conocimientos previamente y van a exigir un nivel más alto que el resto de alumnos que accede a esos conocimientos por primera vez. Y aquí pueden ocurrir dos situaciones: la primera, que el profesorado opte por comenzar con los contenidos desde cero y el alumnado que ya los ha visualizado desde su casa anteriormente se aburra o vea que las horas echadas en el ordenador no hayan servido para nada. O segundo, explicarle a esa parte del alumnado que no tiene internet los contenidos apartándolos del resto de grupos y por lo tanto se les esté excluyendo de una manera u otra del gran grupo.
Por último, me gustaría añadir que no sé hasta qué punto es bueno que los niños (porque al fin y al cabo son niños) tengan un contacto tan sumamente continuado con las nuevas tecnologías. Está claro que es necesario porque ya han nacido prácticamente con un ordenador bajo el brazo y además su uso será necesario en cualquier ámbito en el que se encuentren, y por lo tanto es más que necesario el papel de las TIC en la escuela, pero ¿en su tiempo libre también? Deben aprender que hay más vida aparte de las nuevas tecnologías y que aunque sean muy beneficiosas (que eso nadie lo discute), es necesario alejarse un poco de ellas en algún momento del día, sobre todo en esa edad.
Las nuevas tecnologías se están acoplando a nuestra vida a un ritmo vertiginoso, y las nuevas metodologías aparecen de la mano de las TIC. Y tú, ¿qué opinas de esta nueva metodología?