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Redes de sexualidad

Macarena Rodríguez Martínez

Publicado el 24/04/2018 18:04

Normalmente en nuestra sociedad se concibe que las familias deben ser los que encaminen a los adolescentes en la educación sexual, pero este tema ha sido un tabú desde siempre, en muchas familias este tema se evita y no se trata con la naturalidad que debiera. Es cierto que existe una gran desinformación con lo referido a esta temática debido a que, cuando hablamos de educación sexual no solo estamos hablando de educar hacia el sexo, sino que, engloba mucho más, se trata de mostrar los distintos métodos anticonceptivos para prevenir las enfermedades venéreas y los embarazos prematuros, la información sobre qué es la sexología, el respeto por los gustos de todos, el respeto por el cuerpo y por la dignidad del individuo ante los demás, prevención contra la prostitución, entre otras muchas cosas.

Debemos entonces dar la importancia que tiene este tipo de educación desde los hogares familiares y en los centros educativos, focalizándolo más en este conjunto de edades, por lo cual, es importante dar un enfoque pedagógico a esta temática, añadiendo una educación en valores y respeto. Para ello debemos analizar con cuidado el enfoque hedonista de la sexualidad. Este tipo de filosofía lo encontramos actualmente en la sociedad muy arraigado, incluso en los spots publicitarios podemos contemplar como éste se muestra como lo ideal, lo correcto y lo deseado por todos. Este tipo de corriente viene a defender que hay que enfocar la vida hacia el objetivo vital de alcanzar el placer propio, viéndolo desde un punto de vista sexual, sería el hecho de buscar la satisfacción sexual frente a otros objetivos como satisfacer las necesidades afectivas o inteligentes de una persona. 

Según Pedroza y Villalobos (2006), los cambios producidos en las tecnologías han sido mucho más rápidos que los cambios en los valores, las estructuras políticas y en la sociedad, por lo cual no se ha podido generar una nueva cultura, sino que, se ha formado una aglomeración de varias culturas que han sido marcadas por la globalización y la civilización de occidente. Podemos traducir esto al hecho de ver la vida como un gran escaparate en el que se nos ha mostrado que somos libres, pero se nos ha confundido a la hora de escoger qué queremos. Podemos afirmar, por lo tanto, que los adolescentes de hoy en día viven en un ambiente más inestable que en épocas anteriores, para afirmar esto podemos observar la sociedad actual, en la que cada vez hay más divorcios, más familias desestructuradas, más falta de autoridad frente a los jóvenes que se ven más expuestos a una “libertad sin normas” y una mayor despreocupación por el apoyo emocional tanto por parte de los padres como por parte de los centros educativos. 

En esta “nueva sociedad” la tecnología ha avanzado mucho más rápido de lo que hemos sido capaces de concebir, creando una brecha entre generaciones, una generación que desarrolló su infancia y adolescencia antes de que las nuevas tecnologías aparecieran y otra generación que ha nacido con esta tecnología y forma parte de su desarrollo.

 La generalización del uso de internet y de posesión de teléfonos móviles, junto con la proliferación en la combinación de ambos con los smartphones, se está produciendo a una velocidad insospechada, de este modo, la distribución de información y la comunicación entre personas se ha vuelto inmediata, provocando la intercomunicación de las personas y un nuevo modelo de relaciones (Agustina, 2010; Ryan, 2010)

Los nacidos previos a esta irrupción de las nuevas tecnologías en nuestras vidas serían denominados M-Tec, “generaciones que nacieron y vivieron su niñez y adolescencia antes del boom de los medios digitales y que han tenido que hacer un esfuerzo por aprender a manejarlos” (Menjìvar, 2010, p.3).  

Esto ha marcado un antes y un después en la sexualidad adolescente, ya que, ha venido acompañando de una serie de acontecimientos que, estos avances han traído y han repercutido directamente en la forma de relacionarse los unos con los otros. Las personas nacidas antes de estas tecnologías podríamos señalar que han vivido en una sociedad en la que las relaciones entre estos eran directas, es decir, cara a cara en la que se tenía más en cuenta los sentimientos de ambas partes, sin embargo, en las generaciones actuales se ha frivolizado la sexualidad y las relaciones, debido a que la mayoría de los adolescentes contactan entre ellos mediante redes sociales, además de estar expuestos a una gran cantidad de información y contenido multimedia sin ningún tipo de filtro que circula por la Web.

Con lo anteriormente mencionado me refiero a que, en estos nuevos tiempos, es sumamente fácil acceder a pornografía en Internet y esto para los adolescentes puede conducirlos a una fuente de información sexual errónea, es decir que, aquello que ven en ese tipo de vídeos lo tomen como lo correcto debido a que no tengan otra referencia o información previa que les permita emitir un juicio y diferenciar ficción de realidad. Con esto se exponen a distinto tipo de errores que pueden afectar a sus relaciones con otros, desde permitir que se falte a su dignidad hasta tomar la dominación como algo correcto o natural.

Otro riesgo al que se exponen los adolescentes nacidos en el “hoy tecnológico” es al llamado sexting, con este término denominamos a todo aquel tipo de interacciones sexuales a través de las redes sociales o los móviles, es decir, enviar fotos en las que salgan desnudos completa o parcialmente o el denominado “cibersexo”. Esto hoy supone un gran riesgo para la integridad física y para la dignidad de los que lo realizan, ya que, en muchas ocasiones las personas que piden a los jóvenes este contenido suelen ser adultos que se hacen pasar por chicos o chicas de su edad y usan estas imágenes para publicarlas en webs pornográficas o incluso para chantajear y amenazar a la víctima y llegar a tener relaciones sexuales con esta. Este problema afecta a más personas de las que creemos y se está convirtiendo en un problema que está haciéndose cada vez más grande, habiendo llegado a darse casos de famosos “influencers” (personas famosas o de influencia para los adolescentes en las redes) que han llegado a aprovecharse de su fama para conseguir este tipo de contenido de sus fans.

¿Qué pueden hacer los centros escolares para promover una correcta educación sexual? Esta pregunta se suele plantear mucho en los centros escolares, normalmente se accede a una charla sobre sexualidad que se suele dar una vez al año a los cursos de 3º y 4º de ESO, pero esto no es suficiente, debido a que los adolescentes experimentan cambios, es cierto, pero no todos los experimentan de la misma forma, es decir, influyen muchas más cosas que el cambio hormonal y físico, que se encuentra sobrevalorado dejando atrás la carga psicológica que estos cambios pueden llegar a producir en los adolescentes. Existen horas como las tutorías que en ocasiones no se aprovechan realmente como se debiera, por lo que, sería interesante que se realizasen actividades con los alumnos y alumnas en estas horas de forma que estos estén bien informados y puedan vivir una vida sana, respetándose a sí mismos y a los demás, como ejemplo propongo una serie de actividades, claro que el profesorado debería formarse en este ámbito para fomentar una buena información. 

Principalmente se debe exponer ante los alumnos los siguientes puntos: ¿Qué es la sexualidad?, ¿Qué debemos saber?, Diferencia entre sexualidad y sexo, identidad sexual, el respeto por nuestro cuerpo y por el del otro, bulos que circulan sobre el sexo, el hedonismo de la sexualidad, la cosificación y los hábitos saludables en una relación, no solo a nivel sexual sino, incluyendo las relaciones sociales que puedan establecer a lo largo de la vida y el uso responsable de las redes sociales. Utilizando las nuevas tecnologías que se disponen en los centros educativos, como las pizarras electrónicas este tipo de tareas es mucho más dinámica y utilizando las redes sociales o plataformas web como YouTube, podemos acceder por ejemplo a blogs formativos de profesionales que se dirigen tanto al alumnado como a los profesores, un ejemplo son los vídeos de la psicóloga Isabel Duque “La psicowoman” en los que se definen diferentes temas de la sexualidad adaptados para adolescentes y tratados de forma natural por la misma. Se pueden proponer un vídeo o dos por clase y tras la visualización de estos se puede hacer una actividad de debate y escucha activa, de forma que los alumnos acaben viendo esto como algo natural en lo que participar y puedan expresarse. 

En definitiva, es importante señalar que, a la vez que la tecnología avanza, la cultura también lo hace, por lo que la educación debe avanzar también y abandonar el velo que deja a la sexualidad bajo el silencio de lo que es tabú, demos un paso adelante y creemos una sociedad basada en valores, respeto y donde las relaciones sean sanas y basadas en la igualdad.
 

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