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Educación sexual en la infancia, ¿mito o necesidad manifiesta?

Carmen Montero

Publicado el 17/03/2021 04:03

Es muy chico(a) para hablarle sobre SEXO!!!

-OHHHHH MI HIJO DE TRES AÑOS LLEGÓ DE LA GUARDERIA DICIENDO PENE, TENDRÉ QUE HABLAR CON SU MAESTRA YA QUE LA FAMILIA ESTÁ INDIGNADA

- No puedo decirle cómo vienen los niños al mundo en realidad, mejor sigamos diciendole que “los trae la cigüeña” ya que hablarles con la verdad es muy traumático

-Es probable que si te masturbas constantemente se te atrofien tus órganos reproductores (Olga, madre de Juan de 11 años de edad quien lo descubrió practicando la masturbación a escondidas en su cuarto)

Y si, estas afirmaciones son más comunes de los que creeriamos, como profesionales de la salud mental constantemente escuchamos e incluso intervenimos en situaciones personales que generan alto grado de malestar emocional las cuales tienen su origen muy probablemente en: Educación basada en la represión, transmisión de patrones generacionales erróneos, concepción negativa de la sexualidad, entre otras, aspectos que terminan afectando directamente la expresión y vivencia de la sexualidad de la vivencia en la etapa adulta.

Hemos olvidado que somos seres sexuales por naturaleza, y si.. cuando hablo de sexualidad no es SEXO, ni esta palabra de cuatro letras y causante de mucho suspiros debe convertirse en un dolor de cabeza, por el contrario, sexualidad implica, reconocerse a sí mismo en el espejo, identificarse con el propio sexo (caracteristicas anatómicas y funcionales determinadas en el proceso de la formación embrionaria) , un beso, un abrazo, nuestras expresiones eróticas y afectivas dentro de las relaciones interpersonales también marcan la pauta dentro de lo que viene a ser la sexualidad.

En este orden de ideas, la sexualidad infantil viene a pasar de una necesidad latente a una manifiesta, y absolutamente necesaria tanto dentro del currículo académico como del de la VIDA, es una realidad que como padres, educadores, psicólogos, cuidadores muchas veces nos quedamos fríos cuando los chicos nos preguntan ¿Y cómo vine al mundo? ¿Por qué los niños tienen una varita entre las piernas y nosotras no? ¿Qué sucede al tener relaciones sexuales? Entre otros cuestionamientos que queramos o no van a llegar mas temprano que tarde, porque tanto la sexualidad como la curiosidad se unen en etapas iniciales, quizá por etapas evolutivas pero muy necesarias para dar respuestas a las necesidades del niño en edades tempranas, como lo plantea Arredondo (2015) “Los padres de familia tendrán que sincerarse si se sienten cómodos, seguros y sinceros para exponerse a este tema con sus hijos”. (p.57). y en este punto me permito agregar que esa preparación no implica preparar un guión, e incluso pararnos frente al espejo y dialogar acerca del cómo y cuando es el “momento perfecto” para explicarle a nuestro hijo de ocho años la antonmia de su miembro reproductor o  a nuestra chica el proceso de la menstruación; por el contrario, el momento perfecto ¡No existe!, ese momento al que llamamos ideal ocurre dentro de lo que Arredondo (2015) plantea como “Momentos Pedagógicos” consiste en esos espacios llenos de naturalidad, espontaneidad y apertura de ambas partes para conversar de manera fluida sobre sexualidad; por ejemplo mientras le enseñamos a nuestro niño a orinar de pie, podemos decirle que su mimebro víril (pene) es diferente al de las niñas y por ello, a diferencia de ellas que van al baño sentadas, los primeros deben hacerlo de pie.

Insisto, el momento perfecto, no existe, la situación se va dando de acorde a los intereses y necesidades que presente el niño en concordancia  a la etapa del ciclo vital en la cual se cncuentre. Dentro de este orden de ideas resulta absolutamente fundamental que el adulto se pregunte ¿Cómo estoy abordando mi propia sexualidad? ¿Identifico sesgos negativos respecto a la vivencia de mi sexualidad? Y lo más importante ¿Me siento cómodo(a) hablando sobre este tema? Por eso me dirigo muy respetuosamente a ti querido lector, si eres padre de familia, docente, profesional de la salud mental, cuidador o en general cualquier persona que interactue con primera infancia, para abordar el tema de la sexualidad primeramente es necesario realizar una instrospección que permita valorar no tanto el conocimiento respecto al tema, sino mas bien las actitudes, creencias limitantes (si las hay), percepciones sobre la vivencia de la sexualidad misma, ya que los niños en realidad aprenden el 80% del lenguaje no verbal y un 15% del lenguaje verbal, por ello si nos sentimos incómodos o limitados para hablar de ello no hay ningún problema en reconocerlo, para ello sugiero usar la siguiente fórmula verbal:

-Mira, la verdad es que me es incómodo hablar de ello porque fui educado de otra forma, pero prometo ponerme al tanto del tema y en una próxima vez, conversar más relajadamente contigo.

De esta forma no estamos mostrando vulnerabilidad, estamos siendo asertivos, empáticos, reconociendo y validando nuestra limitación y a la vez dejando una puerta de entrada para una próxima conversación con nuestro pequeño.

Una pregunta de oro que suelen hacerme en escenarios educativos es ¿Cuál es el momento preciso para hablarles sobre sexualidad?  Y a este respecto suelo mirarle a los ojos y decirles: -No existe una fórmula mágica que nos arroje la edad para iniciar el proceso de inmersión en cuanto a la sexualidad, se refiere, pero en el momento que el niño(a) muestre curiosidad por el tema, ese es el momento perfecto para empezar a hablarle sobre ello ¿Cómo hacerlo sin morir en el intento? Arredondo (2015) nos brinda unas pautas básicas pero esenciales que debemos aplicar al iniciar el proceso:

  • Entre más temprano mejor: No hay una edad determinada para empezar a hablarles sobre sexualidad, pero la invitación es a aprovechar la capacidad asombrosa que tienen nuestros niños desde edades tempranas para la asimilación de informacion, aprovechemos esta capacidad para educarlos en el tema de la sexualidad.
  • No tienes porqué sabértelas todas: Si bien es necesario actualizarnos y prepararnos, no es obligación darle respuesta  a todos los inerrogantes que nos planteen, si hay algo que no sepamos la clave es no mentir, hagámosle saber que en el momento no sabemos pero que prometemos buscar la información y debatirla posteriormente.
  • Ofrecer información veraz y científica: El 80% de las veces que nuestros niños nos preguntan algo, es porque tienen idea del tema pero quieren confirmarlo, lo ideal en estos casos es hablarles con la verdad, bajo una óptica objetiva, con sinceridad y nada de mitos sobre la cigüeña, ya esta retórica expiró el siglo pasado.
  • No dar información de más ni de menos: Este punto es muy importante ya que muchas veces queremos satisfacer por completo la curiosidad de nuestro niño(a) y terminamos entregandole información que por su estructura cognitiva no puede ni tiene porqué asimilar en ese momento, como por ejemplo cuando nos preguntan sobre cómo vienen los bebés al mundo y terminamos dándole una clase completa de biologia del aparato reproductor  femenino y masculino, debemos ser muy cuidadosos con la información que le entregamos ya que algunas veces sobreinformamos e “hiperresponsabilizamos” al menor con conocimientos no adecuados para su edad.
  • Llamemos a las cosas por su nombre: Una premisa básica en la educación sexual y que  hoy por hoy constituye también una regla de oro frente a la prevención del abuso sexual en los Niños, Niñas y Adolescentes (NNA) es enseñarle las partes íntimas de su cuerpo por su nombre, en mi país Colombia por ejemplo es muy común llamarle al Pene (Pipí, pepe, chitico) a la Vagina (Cosita, Galleta, Panochita), y pensaria que también es un llamado a revisar la forma como estamos enseñando estas partes del cuerpo y el mensaje que enviamos al negar el reconocimiento de estas como tal. De la manera como enseñamos partes como brazos, piernas, codos entre otras, es fundamental que nuestros niños reconozcan, aprendan, y validen sus partes íntimas como lo son el pene y la vagina.
  • Apoyarnos en profesionales expertos si nos sentimos limitados: No está mal reconocer nuestras limitaciones a la hora de hablar sobre sexualidad, durante mucho tiempo fue un tema censurado, y actualmente aun quedan secuelas de esta época marcada por la represión, lo importante aquí es validarlas y trabajar en ellas si están afectando esferas significativas de la vida cotidiana; de la misma forma es importante apoyarse en profesionales como educadores sexuales, psicólogos, sexólogos o personas que cuenten con información veraz y científica sobre el tema, tengan por seguro que saldrán alianzas maravillosas en pro del bienestar mental de este niño que se convertirá en adulto y tendrá que asumir desafios frente a la vivencia de su sexualidad.

Es un hecho que con el avance de la sociedad en la cual estamos inmersos han cambiado muchos paradigmas, se han derribado numerosos mitos y han evolucionado concepciones que hoy por hoy se consideran ortodoxas, e incluso nuestros infantes  en la actualidad están expuestos a una gran cantidad de información bombardeada en los medios de comunicación, y digo bombardeada porque solo es entrar a una página web y se encuentran miles de anuncios publicitarios de contenido sexual a tan solo un click, y ni que decir de la hipersexualización de la infancia mediante campañas publicitarias y desfiles que exhiben el lado erótico e incluso perverso de la infancia, por esto y más, es fundamental que conversemos de una  manera espontánea y real que permita educar en la sexualidad a nuestros niños, y ¡no! NO los estamos traumatizando o sugestionando a tener sexo desde temprano, por el contrario los estamos educando integralmente y sobretodo creando un escudo de protección ante situaciones de vulnerabilidad y desprotección a las cuales puedan ser expuestos.

Normalicemos hablar de sexualidad en primera infancia, con ello le estamos apostando al bienestar y salud mental de nuestros niños, además de que sembramos los cimientos para una vivencia saludable de la sexualidad en la etapa adulta.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Arredondo, J. P. (2013). Hablemos de sexo con los niños. Ed: Vergara

 

 

 

NOMBRE COMPLETO: CARMEN STELLA MONTERO RUIZ

TÍTULO OBTENIDO: PROFESIONAL EN PSICOLOGÍA (Universidad Antonio Nariño, Colombia)

  • Diplomado Atención  Integral a Víctimas de Violencia Sexual (INSTITUTO POLITÉCNICO DEL NORTE)
  • Diplomado Violencia Intrafamiliar y Abuso Sexual Infantil (POLITÉCNICO INTERCONTINENTAL)
  • Diplomado en Neuropsicopedagogia, Diversidad e Inclusión (CIL)

 

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