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La Formación Profesional de la Formación Profesional

Roberto Julve Gallego

Publicado el 24/03/2022 23:03

Esto no te lo dijeron.

Cuando decidiste dedicarte a la docencia, siendo muy joven, alguien te indicó que eligieras la Formación Profesional, porque seguramente iba a ser más fácil conseguir una plaza.

Aunque un profesional de la docencia no sabe cuál va a ser su puesto definitivo, y el que escribe estas líneas se encuentra en esa situación, lo que sí es cierto es que si tu camino está en las vías de la Formación Profesional reglada, o bien en cursos dedicados a formar profesionales de cualquier índole, debes de plantearte si tu formación es suficiente, o si en alguna ocasión lo será.

Y es que en ocasiones intentamos dotar a nuestros alumnos de conocimientos que nosotros no tenemos, algo que no tiene por qué ser descabellado necesariamente, pero que no podremos negar que resulta del todo inadecuado.

También es cierto, como leí en un artículo recientemente, que cuando pretendemos impregnar todo el contenido curricular en la formación de un alumno, sobre todo si nos encontramos en Formación Profesional, nos olvidamos de consultar cuál sería el mejor modelo de "integración educativa". De hecho, parece evidente que cuando formamos a las personas para enfrentarse a un entorno profesional, actualmente conocedores de la importancia de la diversidad, y en muchos casos sin conocer la estructura personal de cada uno de nuestros alumnos, deberíamos darnos un paseo por todos los modelos, y sacar las mejores conclusiones de ellos.

En el campo de la empresa en el que van a enfrentarse directamente al final del periodo como estudiantes, encontrarán relaciones personales, situaciones de estrés, diferentes actores cuyos roles serán desconocidos al principio, frustraciones, situaciones técnicamente exigentes en las que no tendrán al maestro para consultar las pequeñas dudas, y un largo etcétera de situaciones negativas, o bien al contrario, pero que les exigirán de una formación muy concreta en asuntos que no son exactamente los incluidos en los currículos de la "programación".

Visto así, los modelos inductivos, deductivos, de indagación y cooperativos, incluso de rompecabezas que forman la integración educativa, se convierten en uno sólo que los engloba a todos ellos.

Y para poder emplearlos y aunarlos, necesitaremos estar preparados. Un docente que "enseña" a trabajar, no debe ser una persona ocupada de hacer mucho trabajo en su centro educativo. En mi opinión es muy importante que sean personas mixtas, que estén dedicadas tanto a la docencia como a un mundo profesional directamente relacionado con el área impartida. Que cada día se enfrenten a clientes, a la administración pública, a las dificultades de cobro de facturas, a tener compañeros de trabajo e incluso empleados a su cargo. A que cada día necesiten organizar las horas para tener tiempo de cumplir con muchas obligaciones, y disfrutar de la familia. Que todos los días deban gestionar con ellos mismos cómo afrontan los problemas de la sociedad, y hagan gala de la inclusión, mejoren sus valores y mejoren como personas. Y en el caso de no poder compaginarlo, al menos que lo hayan hecho durante al menos la mitad de su vida laboral al final de la misma.

Nuestras vidas están llenas de diversidad, como las aulas, y ello debe de ser nuestra herramienta para enriquecernos, jamás para pararnos o bloquearnos. Las relaciones de las personas con las personas son complicadas, y es necesario que para formar a profesionales no nos quedemos "oxidados" con las relaciones personales, del mismo modo que tenemos que estar actualizados en los conocimientos del área que impartimos, o de los métodos más innovadores para ejercer nuestro trabajo.

No dejemos pasar la ocasión que nos bridan las nuevas tecnologías, las redes sociales y la información repartida en la red, para utilizarla convenientemente, para ser constructivos y estudiosos, y seguir de cerca la evolución de nuestras personas más cercanas. Es muy importante que un formador, un docente, desarrolle, mejore y no deje para otro momento las posibilidades de seguir la línea de educar para la vida a sus alumnos, a base de escucharles, entenderles, tener la empatía suficiente como para orientar sus pasos hacia la vida profesional de personas que trabajarán con personas. Esto se llama la educación emocional, y debe formar parte de la formación del docente, no quedándonos en lo simple.

   Mucho hemos estudiado sobre valores como la presión, la potencia, el par, los asientos contables, Teorías, etc.. cualquier aspecto técnico indispensable, pero, ¿todo el cuerpo docente es consciente de que esa formación no es completa?

Por ello, entiendo como total y absolutamente apasionado de la docencia, que nuestra presencia en el Cuerpo de Docentes de la familia de la Formación Profesional se debe acompañar de nuestra propia Formación Profesional. Y que esta no puede detenerse porque al final trabajamos para que nuestros alumnos sean los mejores allá donde vayan, y ese objetivo nos necesita siempre preparados. Y esa preparación depende de alguien que debe estar siempre abierto.

Depende de ti.

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