Nos encontramos en un momento en el que el ritmo de nuestras vidas es muy acelerado. Vamos corriendo a todos los sitios y la mayoría de las ocasiones nos olvidamos de las cosas esenciales de nuestro día a día. Este por ejemplo, es el caso de la educación de nuestros hijos.

Dejamos la educación en manos de la escuela y de las clases particulares así como de las actividades extraescolares. Relegamos, en muchas ocasiones, la tarea de educar al profesorado del centro educativo, olvidando por completo que también es tarea nuestra encargarnos de eso.

Y quizá este sea el principal problema de la educación española. La NO colaboración entre los padres y el profesorado. La clave en el éxito educativo es una correcta relación entre ambos, sobre todo cuando el alumnado presenta dificultades en el aprendizaje.

Que los padres sepan las actividades que se están llevados a cabo así como de los contenidos que se están desarrollando en clase es vital para continuar con esa educación en casa. De esta manera, se reforzarán los contenidos y para el alumnado será mucho más fácil comprenderlo, aparte de ver la implicación de sus padres en su educación el cual le puede motivar para continuar con los estudios.

Pero no me quiero referir únicamente a la educación en cuanto a contenidos se refiere. Y es que es muy importante una sincronización entre la familia y la escuela en lo que a educación en valores se refiere. Si por ejemplo en la escuela se regaña una conducta determinada que en la casa no, el niño sabrá perfectamente cuando debe volver a realizar esa actitud inadecuada y por lo tanto esa enseñanza en valores no se estará llevando a cabo de una manera adecuada.

En esta colaboración se encuentra el avance de la educación. Quiero recalcar en la importancia de esta práctica que realmente no llevaría a un gran sacrificio por parte de las familias ni por parte de los centros educativos.

En numerosas ocasiones vemos en la televisión cómo los padres, por falta de comunicación con los docentes, creen firmemente en la palabra de su hijo y se enzarzan en conductas violentas que no ayudarán para nada a la educación de su hijo.

Por todo esto, es esencial establecer una conducta adecuada en los centros y crear reuniones obligatorias entre el profesorado y los padres para que se produzca un feed-back entre ambas partes para que la educación sea completamente beneficiosa para el alumnado, porque al fin y al cabo, ese es nuestro principal objetivo, ¿no?