Los niños hoy en día suelen manifestar graves actitudes de conducta que se manifiestan cuando estos han sufrido o están sufriendo un cambio importante en sus vidas. Es considerado un problema real cuando este tipo de conductas se prolonga demasiado en el tiempo, manifestando:
- Rabietas
- Actitudes agresivas y desafiantes constantes
- Amenazas
- Absentismo escolar
De esta forma considerar la terapia como una vía de ayuda, debe formar parte del proceso de mejora para el niño/a.
¿Qué ocurre en una terapia?
Ante una primera toma de contacto el profesional se reunirá con los tutores legales del niño/a y este mismo para hablar. Les hará preguntas y escuchará. Esto ayuda a prender más cosas sobre su hijo y el problema que presenta. Considerar pues la terapia, como una solución de mejora es vital ya que:
- El profesional habla con el niño/a e intenta que este sane y exprese a través del diálogo lo que le ocurre.
- Realizan actividades donde el profesional intenta enseñar a manejar los sentimeintos y cómo afrontar diversas situaciones de frustración.
- Resuelven problemas, ya que cuando se trata de niños/a mayores y adolescentes, los profesionales preguntan cómo les afecta los problemas en casa y en la escuela.
¿Qué papel han de tener los padres?
La responsabilidad que deben de ejercer los padres también es vital ya que, si el niños/a siente la involucración y preocupación de sus progenitores este puede sentirse más seguro y confiado, lo que repercutirá en una mayor confianza para poder explicar lo que siente en todo momento.
Un término que se debe de tener presente y es muy importante que los niños adquieran, es el concepto de resiliencia, ya que saber aplicar esta terminología (capacidad que tenemos las personas para superar los problemas o las circunstancias traumáticas), ayuda en cierto a modo a prevenir ciertas actitudes que pueden ocasionar problemas mayores.