Ayer dio comenzó el nuevo curso escolar para los más pequeños de la casa, y ello me llevó a una reflexión: La educación infantil es la etapa educativa a la que menos atención se le presta. ¿A qué es debido esto?

Realmente, este ciclo es el que  más centros educativos privados tiene de toda la comunidad educativa y a la que menos atención se le presta a la hora de evaluar las necesidades. De hecho, en la LOMCE casi no se habla de la educación Infantil, por lo que los centros educativos se han visto obligados a abrir sus puertas un año más con la incertidumbre de si se sucederán nuevos cambios en la reforma educativa.

Con respecto a este tema se ha pronunciado también el secretario general de la Federación de Enseñanza de CCOO de Andalucía José Blanco, el cual ha afirmado que “son cada vez más los estudios neurológicos y de psicología del aprendizaje que conceden una importancia relevante a la educación infantil” y continua afirmando que “no se debe soslayar lo que sucede en toda esta etapa ni las condiciones en que se imparte, a pesar de la casi inexistente referencia que a ella se hace en la LOMCE”.

Y es que no se ha de olvidar que es en la etapa de educación infantil cuando se asientan todos los cimientos de lo que posteriormente será la educación de los más pequeños y el sistema educativo que les rodeará. Ya que las primeras identidades de los niños y niñas se irán formando con las experiencias que les sucedan en la escuela y con el trato recibido por parte de sus maestros. En esta etapa se les comienza a desarrollar las capacidades que tienen, por lo que se ha de estimular de una manera correcta para evitar posibles conflictos o necesidades.

Además, la educación infantil supone una gran ayuda para los padres, ya que como bien sabemos el papel de la mujer se ha desligado por completo del hogar, y  no es extraño encontrarnos a una mujer trabajando en prácticamente todos los puestos que nos podamos imaginar. Pero ¿qué ocurre en el momento en el que se convierte en madre?

Es retrógrado pensar que su labor es quedarse cuidando del bebé, no tiene mucho sentido estar las 24 horas con el hijo o hija cuando ella tiene un puesto de trabajo y el niño la posibilidad de entrar en un centro de educación infantil.

Pero con esto no quiero decir que únicamente tengan derecho al acceso a la escuela de educación infantil los niños cuyos padres se encuentren trabajando, ya que todos los niños deberían experimentar desde su primer año de vida, situaciones que no se producirán dentro del núcleo familiar en el que se encuentran.

Como podemos observar, es muy grande la necesidad de contar con buenos centros educativos que comiencen a señalar el camino escolar de los más pequeños, así como mejorar y fomentar sus capacidades y las relaciones sociales.

Quiero señalar también, la importancia de contar con buenos profesionales de la educación que sean los que ayuden a estos niños y niñas a avanzar y por supuesto, unos centros educativos públicos que cuenten con buenas instalaciones para atender todas las necesidades que los pequeños y sus familiares puedan necesitar.