"Lo importante no son las palabras sino lo que hacemos con ellas”(Jerzy Grotowski, director de teatro polaco ,1933-1999)

Jerzy Grotowski,director de teatro polaco

En la enseñanza y el aprendizaje de la matemática se unen  sentimientos, verdades y emociones por lo que educar EN MATES Y CON MATES adquiere una dimensión pasional, como ocurre con el teatro.

Tanto en matemáticas como en teatro el factor “sorpresa” está presente.

La "sorpresa" en clase de matemáticas no ha de tener un sentido de sobresalto o desconcierto pero sí que puede tener el sentido de sorprender, de incrementar la atención o crear un sentimiento participativo de admiración y satisfacción, ESE CHA CHANNNN!!! Sorpresa, por ejemplo ante la belleza y las características de un objeto matemático, del poder descubrir ese objeto rodando o estático…

Como en las buenas películas de intriga donde intuitivos detectives nos dejan boquiabiertos con razonamientos que resuelven intrincados casos, en las clases de matemáticas podemos gozar de la sorpresa de ingeniosos razonamientos, realizados por los alumnos, por lo que hay que dejarles hacer y ver dónde aciertan, dónde fallan, que sean ellos mismos capaces de expresarnos lo que han realizado y de qué manera (metagognición), como en el teatro, el CÓMO lo realizan.

Tanto en matemáticas como en teatro hay que disfrutar.

Disfrutaremos ofreciendo el material a los alumnos y ellos al manipularlo, se podrá disfrutar de las diferentes dinámicas, actividades, juegos, no olvidaremos el factor de juego, de sorpresa, de magia .

En teatro, como actores que somos, debemos hacer disfrutar a nuestro público, y nosotros debemos disfrutar en el escenario.

Tanto en matemáticas como en teatro hay que amar.

Las palabras amor,  enamoramiento, felicidad, las usamos normalmente  para describir un estado emocional característico, también pueden ir unidas , ir de la mano  con el aprendizaje y la enseñanza de las matemáticas, especialmente de la mano del entusiasmo.

Apasionarse por las matemáticas es posible. Se ha de estimular que las horas no cuenten, que el interés sea máximo. Los maestros debemos exhibir nuestra pasión, haciendo ver lo bien que se lo pasa uno haciendo lo que hace. Sí, contagiar de esa pasión, de ese momento de descubrimiento.

En teatro ponemos toda la pasión y sin amor no podemos crear. La base de la creación proviene del amor, de la necesidad de amar, de comunicar, de compartir, es por amor por lo que se hace y se crea el teatro.