En 1979 comenzó un nuevo proyecto llevado a cabo por Loli Anaut. Este proyecto fue conocido como “la globalización como proceso vital dentro de un sistema abierto”. Este proyecto fue creciendo hasta ser reconocido en 1990 al colegio Amara Berri como Centro de innovación Educativa del Departamento de Educación del Gobierno Vasco, y así comenzó un nuevo sistema de trabajo en la organización escolar y un nuevo paso en la renovación pedagógica.

En Amara Berri se centra en cada alumno y en cada alumna, es decir, cada alumno es un ser global que posee sus propios intereses y motivaciones con unos esquemas conceptuales y emocionales determinados y que posee su propio potencial individual.

En Amara Berri no se dan clases magistrales tal y como las conocemos si no que se crean actividades que son denominadas “contextos sociales” con el fin de conseguir un aprendizaje individual o cooperativo, así el alumnado es el encargado de repartirse el trabajo, preparar su intervención, buscar información, etc.

Por lo tanto, el alumnado de Amara Berri, por medio de diversas actividades y talleres van desarrollando las principales materias, ¿por qué no aprender lengua a través de un periódico que desarrolle el propio alumnado? Es decir, el alumnado de dicho centro educativo aprende a través del juego

Los grupos de alumnos van rotando por las aulas lo que permite que siempre exista diversidad en todos los grupos de trabajo a la vez que se van nutriendo de otro pensamientos o de otras ideas de compañeros de su mismo ciclo pero de otras clases diferentes a las suyas.

Con este tipo de metodología seguido en Amara Berri el alumnado tiene cierta autonomía sobre sus acciones, creando con el paso del tiempo su propio método de trabajo y siendo capaz de organizar sus ideas y sus acciones.

El juego es la base de dicha metodología, por lo que desde el principio vamos a contar con la atención e interés del alumnado. Estos alumnos juegan para aprender, se les genera una necesidad a través del juego que les invita a aprender. El profesorado en este caso es el encargado de ir guiando al alumnado, evitando las clases magistrales y las ordenes de qué es lo que tienen que ir haciendo en cada momento, fomentando la autonomía y la responsabilidad de cada alumno.