Los niños y niñas de Educación Infantil tienen en esta etapa su primer contacto con la Educación. Comienzan a descubrir el gran mundo del aprendizaje, y maestros y maestras, tenemos el deber (y el placer) de plantar dicha semilla.

En ocasiones, nos centramos demasiado en el aprendizaje de la lectoescritura y la lógico matemática, las cuales son muy importantes para el correcto desarrollo cognitivo del alumnado. Haciendo que nos olvidemos de algo igualmente importante para su desarrollo cognitivo, como es, la creatividad.

Un gran referente en cuanto a la creatividad en la educación se refiere en los últimos tiempos, es Ken Robinson. Ken Robinson (2015) define la creatividad como “la capacidad de generar nuevas ideas y ponerlas en práctica”.  O también esta otra definición “la creatividad es el proceso de tener ideas originales que son de utilidad”. Para este escritor, la creatividad es una capacidad que todo ser humano tiene. Este autor, además, señala, que debemos tener presentes la imaginación y la innovación.

“La imaginación es el motor de la creatividad. Nos permite pensar cosas que no percibimos a través de los sentidos. Creatividad es poner a trabajar la imaginación; es imaginación aplicada. La innovación consiste en llevar a la práctica nuevas ideas.” (pág. 167).

Además, Robinson señala que la creatividad no se limita al mundo de las artes y que puede enseñarse. De hecho, expone la creatividad como una de las ocho competencias principales que deben tener en cuenta cualquier plan de estudios.

Después de este análisis sobre las significativas aportaciones de Ken Robinson acerca de la creatividad, podemos poner diferentes ejemplos de cómo enseñar la creatividad en Educación Infantil.

Los niños y niñas de 6 años tienen una imaginación inmensa. Si la imaginación es el motor de la creatividad, podemos utilizar su imaginación para poner en marcha su creatividad en cualquier actividad.

A la hora de proponer que el alumnado haga un dibujo, es muy diferente decir “dibujad a caperucita roja, mirad el dibujo y lo hacéis” a decir “después de escuchar el cuento de Caperucita Roja, haced un dibujo de Caperucita”.

En el primer ejemplo no están usando su imaginación porque están visualizando una imagen y la están “copiando”. En cambio, en el segundo ejemplo si están usando su imaginación. El maestro o maestra, previamente les ha contado el cuento de Caperucita Roja, sin visualizar ninguna imagen. El alumnado ha estado escuchando e imaginándose las imágenes del cuento en su cabeza. Por lo que ha creado una imagen única y peculiar de caperucita roja. Esa imagen es la que reproducen en el papel en blanco.

Siguiendo a Robinson, la creatividad no solo se usa en las artes. Por lo tanto, vamos a poner otro ejemplo en una actividad lógico matemática para poner en contexto la imaginación y la creatividad en un área donde seguramente no le damos cabida.

Cuando en una actividad estamos usando palitos como material y les decimos “si tengo tres palitos y pongo uno, ¿Cuántos tengo?”. Hay dos formas de hacerlo. Una primera poniendo el material y que el alumnado lo vea, o poner los tres palitos sin poner el cuarto y que el alumnado se lo imagine. En el primer caso lo está viendo y en el segundo caso está imaginando posibilidades poniendo en marcha la creatividad, creando una imagen mental de cuántos palitos podría haber si pongo uno más y estimulando así su capacidad lógico matemática.

Otro punto que nos parece importante señalar, es que, para que la imaginación y creatividad de los niños y niñas sea rica, es necesario ponerles múltiples opciones de conocer la realidad que le rodea desde distintas perspectivas.

Si estamos viendo los animales y les mostramos un único ejemplo de oso (que no es tan cotidiano verlo como un perro) tendrán una única idea de oso. Si en cambio les mostramos distintas especies de oso, aprenderán que los osos pardos son marrones, los osos polares son blancos, los osos panda son negros y blancos y, por tanto, tendrán distintas imágenes de oso en su cabeza para poner en marcha su creatividad.

A la hora de desarrollar su capacidad motora también entra en juego la creatividad. Cuando proponemos a nuestro alumnado “vamos a movernos como un oso”. Ya tienen una imagen de oso en su cabeza y se van a mover acorde a esa imagen, utilizando su cuerpo de forma creativa.

En definitiva, la creatividad se encuentra en todos los ámbitos educativos, y es nuestra tarea hacer que el alumnado la estimule. En lugar de decirles a nuestro alumnado cómo tiene que hacer las cosas, digámosle qué tiene que hacer y que ponga en marcha sus recursos para hacerlas. Proponiendo múltiples y variadas opciones, dándoles espacios y momentos de libertad, animándolos a atreverse y quitarles el miedo al error. Así les dotaremos de recursos para crear cosas únicas y propias.

Bibliografía

Robinson, K.; Aronica, L (2015). Escuelas creativas. Editorial Grija