Cada vez que realizamos un cambio en nuestra vida, sea este elegido o impuesto, se produce una ruptura con lo existente y por lo tanto un aprendizaje nuevo.
Tened una actitud abierta hacia el aprendizaje es imprescindible, ya que tener experiencias diferentes es enriquecedor para nosotros, estimula nuestro cerebro, nos mantiene activos, nos da más recursos a la hora de afrontar otros retos, nos permite tener una vida más intensa. Aparentemente todo son ventajas, así que deberíamos pasarnos la vida experimentando, curioseando y aprendiendo. Saliendo de nuestra zona de confort.
A continuación se explican las diversas etapas que se producen en un proceso de aprendizaje:
- Fase 1 Incopetencia Incosciente, NO SÉ, LO QUE NO SÉ: Es la fase previa para empezar a aprender un ejemplo muy práctico para entender este aprendizaje es por ejemplo cuando una persona que va a aprender a conducir pero todavía no ha comenzado. En ese momento no es consciente de todo lo que va a tener que manejar: pedales, marchas, intermitentes… ignora lo que va a significar aprender.
- Fase 2 Incopetencia consciente, AHORA SÉ, LO QUE NO SÉ : Ahora nuestro proyecto de conductor ya sabe lo que hay, pero no sabe cómo hacerlo. En esta fase, y según la dificultad del aprendizaje y de su personalidad, es habitual sentir la sensación de no ser capaz.
- Fase 3 competencia consciente, SÉ, LO QUE SÉ: El aprendiz pese a sentirse inseguro, sigue practicando y llega un momento en el que sabe conducir.
- Fase 4 competencia incosciente, NO SÉ, QUE LO SÉ: El aprendiz lleva tiempo conduciendo y ha automatizado las acciones que debe de realizar, al llegar a esta fase ya no necesita poner toda su atención en cada acción. Ha automatizado las acciones que se han convertido en un hábito, ni si quiera se da cuenta de todo lo que hace simultáneamente para conducir. El proceso de aprendizaje finalizó, ha integrado la experiencia en su vida.
Dentro de las cuatro fases de aprendizaje es habitual que durante un tiempo nos movamos entre las fases 2 y 3, por ello es muy importante salir de la zona de confort, ya que es a partir de esta acción cuando aprendemos cosas nuevas, por lo que cuantas más veces salgamos a ese confort, menor resistencia se tendrá y más experiencias se disfrutarán.
¿Y tú? ¿Cuántas cosas estás dejando de hacer por esa sensación? ¿Cuántas experiencias te estás perdiendo, simplemente por no querer sentir esas emociones, normales, universales y sanas?
Un buen comienzo puede proponerte un reto nuevo al mes, o a la semana, o al día, probar una clase de baile, conocer una persona nueva, ver un estilo de película diferente, ir a otro sitio a tomar café…
Pequeños cambios sencillos, que son el camino de otros mayores.
