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El trauma en la infancia - origen, consecuencias y apoyo

Sheila Tejeda Ezquerro

Publicado el 03/10/2023 11:10

Trauma en la infancia

Bien es sabido que toda etapa vital comienza con la niñez, y que es en esta cuando mayor impacto tienen los acontecimientos en el desarrollo y fundamento de las bases que posteriormente formarán nuestra personalidad.

Y es entonces, en la infancia, cuando nos encontramos con factores ambientales, sociales y culturales que van a modelar la construcción de nuestro autoconcepto y autoestima. Y no solo esto, si no que las emociones, la confianza, la autonomía, y la autorregulación también se comienzan a establecer durante este periodo.

Es en la primera infancia, entre los 0 y 5 años de edad, cuando los niños son más vulnerables a los efectos del trauma, ya que sus cerebros aún están en formación, según indica la asociación Look Through Their Eyes. Durante estos primeros cinco años, los niños son más susceptibles de presentar recuerdos visuales intrusivos de manera repetida, conductas repetitivas, miedos de traumas específicos y cambio de actitudes hacia personas y aspectos de la vida (Terr, 2003).

Pero, ¿cómo se origina un trauma?

Se cree que las causas más comunes para detonar la creación de un trauma son accidentes, abuso y abandono. Sin embargo, no son las únicas, sino que cualquier situación que haga que un niño se sienta inseguro puede conducir a un trauma.

Por ejemplo, la carencia de atención durante los primeros años de vida, puede conducir al desarrollo de un apego no seguro y puede ser originaria de un trauma. Es con la atención de los adultos como los niños se sienten seguros, y es con la ausencia de este factor, cuando un niño puede sentirse demasiado vulnerable, lo que resulta estresante si quiere probar nuevas actividades y nuevos comportamientos. (Look Through Their Eyes - Illionis Childhood Trauma Coalition).

Merece la pena desarrollar aquí y mencionar que las experiencias traumáticas en apego van a ser determinantes en las futuras relaciones.

 

El apego, es una vinculación afectiva intensa, duradera entre dos individuos, por medio de sus interacciones y cuyo objetivo la proximidad en momentos de amenaza. La  Teoría del Apego (Bowlby, 1989) describe como todo ser humano tiene la necesidad básica para su supervivencia de establecer y mantener un vínculo afectivo fuerte con nuestros cuidadores principales.

 

A continuación, se explican brevemente los tipos de apego:

  • Seguro:

En la infancia exploran de forma activa mientras están solos con el progenitor. Pueden intranquilizarse en la separación. Hay contacto físico afectuoso y reconfortante al regreso del progenitor tras la separación.

En la adultez desencadena en buena autoestima, expresa de manera adecuada sus sentimientos y necesidades. No crea relaciones de dependencia ni tiene miedo al abandono.

  • Evitativo:

En la infancia muestran poco malestar ante la separación de sus progenitores, ignoran a este en su regreso tras estar separados y pueden ser muy sociables con extraños.

En la adultez pueden mostrar actitudes como huir de los conflictos, miedo al compromiso, déficit al expresar con frecuencia lo que siente, necesita o piensa, problemas en la intimidad.

  • Ambivalente:

En la niñez exploran poco y se mantienen cerca de la figura de apego, se inquietan mucho ante la separación, pero al regreso de estos no mantienen contacto físico a pesar de que sí que hay acercamiento físico.

En la adultez pueden sentir gran angustia ante conflictos, crear relaciones de dependencia y anteponer más las necesidades de los otros a las suyas propias. Tienen miedo al abandono.

  • Desorganizado:

En la infancia combinan patrones ambivalentes y evitativos, ya que, tras separarse de la figura de apego, presenta actitudes contradictoras a su regreso.

En su etapa como adulto vive los conflictos intensamente, siente que no puede confiar en nadie y tiene relaciones basadas en la inestabilidad (amor-odio). Tiene gran temor al abandono.

Tras haber descrito de manera concisa los tipos de apego, cabe tratar el trauma infantil desde la psicología.

Al hablar de trauma infantil nos referimos a las consecuencias de una agresión exógena que provoca una sensación intensa de estrés, sufrimiento o dolor, y a la que es difícil encontrarle un sentido o una explicación. Las experiencias se determinan psíquicamente traumáticas porque es difícil simbolizarlas después de comprenderlas. Sin entender lo que pasó es casi imposible recuperar los sentimientos de control sobre su entorno y de protección frente a nuevas agresiones. (Jimeno, V. 2015)

Una situación traumática se puede entender como un acontecimiento que produce dolor y/o estrés y que sobrepasa los recursos naturales del individuo (apoyos sociales para calmar el dolor y la capacidad para encontrarle un sentido a lo sucedido). Sin olvidar mencionar que también influyen las posibles consecuencias de su contenido, su intensidad o duración.

La consecuencia de esto es la perturbación de una parte o la totalidad de la vida afectiva, cognitiva, conductual y relacional del niño. Y es que un trauma puede acarrear grandes consecuencias.

 

Cuando el trauma tiene lugar, provoca un impacto en las diferentes áreas de la personalidad del niño. Las consecuencias, que se mencionan aquí, pueden desencadenar en trastornos o mecanismos de defensa que el niño desarrolla para hacer frente al dolor y al estrés (Benyakar, 2003):

 

  • Consecuencias cognitivas: trastornos de identidad, disociativos y/o cognitivos.
  • Consecuencias afectivas: trastornos emocionales, de empatía y de autoestima.
  • Consecuencias relacionales: trastornos del apego.
  • Consecuencias conductuales: conductas autodestructivas, violencia.
  • Trastornos en la capacidad de reflexión ética: el hecho de que sean los adultos los que provocan daño, hacen que el modelo ético que recibe y aprende esté condicionado por esa experiencia.
  •  

Es por todas estas consecuencias que los expertos insisten en la importancia de estudiar los posibles traumas de forma temprana, dado su efecto preventivo, y en no subestimar su importancia, ya que la depresión asociada al trauma infantil requiere de una atención y tratamiento. De hecho, el trauma complejo ha sido definido como un evento traumático que es crónico, interpersonal y que inicia en la niñez (Cook et al. 2003), afectando a entre el 0.5 y 3.8% de la población.

  1. Grande afirma que “un elevado porcentaje de adultos con depresión presenta antecedentes de trauma infantil, el 62,5% frente al 28,4% de personas sanas”.

Como explica el Dr. Lahera, “existe una fuerte evidencia de asociación entre el trauma infantil y la enfermedad mental posterior. Esta asociación es particularmente evidente para la exposición al bullying, el abuso emocional, el maltrato y la pérdida temprana de los padres”.

Tras esto, debemos recordar, que lo traumático puede no caracterizarse necesariamente por el evento en sí mismo, sino por la combinatoria entre la potencia que tiene de crear trauma por su cualidad violenta, y la imposibilidad del individuo de procesarlo, asimilarlo e integrarlo.

 

Las consecuencias de las vivencias del trauma se expresan de dos formas: en la aparición de síntomas específicos, y en modificaciones de la personalidad. Todo esto, puede conllevar la aparición de sintomatología como la re-experimentación (recuerdos, sueños a repetición sobre sensaciones, imágenes o recuerdos fragmentados y mezclados) evitación de aquellos estímulos que recuerden el acontecimiento perturbador (pensamientos, lugares, personas), alteraciones psicofisiológicas (trastorno del sueño, irritabilidad, hipervigilancia, síntomas de ansiedad).

Además, en cuando a la personalidad, se pueden observar cambios como la aparición de:

    • La desconfianza ante los desconocidos
    • El bloqueo emocional
    • Pesimismo

 

Es ante estos elementos observables que podemos evaluar “si están afectados los dominios del funcionamiento emocional, conductual, cognitivo, somático y relacional”, menciona el Dr. Lahera, para quien la importancia de la prevención y atención primaria es fundamental, ya que “las personas pueden presentar, inicialmente, síntomas físicos como quejas somáticas, trastornos del sueño o irritabilidad”.

En cuanto a su tratamiento, no hay una única manera de abordarlo, pero si bien es cierto que el tratamiento recomendado se basa en psicoterapias como la terapia cognitivo-conductual focalizada en el trauma, la exposición prolongada y EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing). La terapia EMDR ha definido procedimientos para acceder y desbloquear recuerdos, y dejar así que el sistema nervioso pueda finalmente integrarlos. Dentro de estos procedimientos, uno de los elementos que se emplea es el movimiento ocular u otras formas de estimulación bilateral del cerebro (táctil, auditiva).

Según la Asociación EMDR española, nuestros cerebros tienen una forma natural de recuperarse de situaciones traumáticas. Este proceso implica la comunicación entre la amígdala (que funciona como señal de alarma para eventos estresantes), el hipocampo (que ayuda con el aprendizaje, incluidos los recuerdos sobre seguridad y peligro) y la corteza prefrontal (que analiza y controla el comportamiento y la emoción).  Y aunque en ocasiones las experiencias traumáticas se pueden gestionar y resolver espontáneamente, es posible que en muchos casos no se procesen sin ayuda. Y hablando de ayuda, ¿Cómo podemos ayudar a un niño a adaptarse a los efectos de un trauma? Haciendo que:

  1. 1.Aprenda a identificar, minimizar o evitar los “desencadenantes” de situaciones de estrés y/o ansiedad.
  2. 2.Establezca una rutina
  3. 3.Sienta que tiene control, comenzando a hacer toma de decisiones simples.
  4. 4.Trate de mantener la calma. Encuentre maneras de responder ante rabietas o situaciones en las que exprese incomodidad.
  5. 5.Permanezca disponible y receptivo cuando el niño se mantenga distanciado.
  6. 6.Se deje de aplicar el castigo ​físico
  7. 7.Exprese sus sentimientos, dotándole de maneras para hacerlo, en ocasiones suele ser muy productivo mediante marionetas.  
  8. 8.Sea constante, predecible, afectuoso y paciente.

Para concluir esta guía básica para entender el trauma en la infancia, debemos mencionar que se trata de un aspecto complejo, que debemos tener en cuenta múltiples factores y que al tratar con un niño no solo lo hacemos con el momento vital en el que se encuentran, sino que también lo hacemos indirectamente con sus vivencias anteriores y su entorno.

 

BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA

American Academy of Pediatrics and Dave Thomas Foundation for Adoption (2016) La crianza después de un trauma: cómo atender a las necesidades de su niño. Recuperado de: https://www.healthychildren.org/Spanish/family-life/family-dynamics/adoption-and-foster-care/Paginas/Parenting-Foster-Adoptive-Children-After-Trauma.aspx

Asociación EMDR España ¿Qué es la terapia EMDR?. Recuperado de https://www.emdr-es.org/Sobre-EMDR/Que-es-EMDR#:~:text=La%20terapia%20EMDR%20ha%20definido,cerebro%20(t%C3%A1ctil%2C%20auditiva).

Benyakar, M. (2003). Lo Disruptivo. Amenazas individuales y colectivas. El psiquismo ante guerras, terrorismo y catástrofes sociales. Buenos Aires: Biblos. Recuperado de https://ruidera.uclm.es/server/api/core/bitstreams/154988ee-3016-47e0-80c4-7580cab2b79e/content

Bowlby, J. (1989). Aplicaciones clínicas de una teoría del apego. Ibérica. Paidós.  Recuperado de: https://holossanchezbodas.com/wp-content/uploads/2021/08/John-Bowlby-Una-base-segura.pdf

Cook, A., Spinazzola, J., Ford, J., Lanktree, C., Blaustein, M., Cloitre, M., … van der Kolk, B. (2005). Complex Trauma in children and adolescents. Psychiatric Annals, 35(5), 390- 398. doi: 10.3928/00485713-20050501-05.

Grande, A. (2022), El trauma psicológico infantil multiplica por cuatro el riesgo de depresión en la edad adulta. Recuperado de https://psiquiatria.com/depresion/el-trauma-psicologico-infantil-multiplica-por-cuatro-el-riesgo-de-depresion-en-la-edad-adulta/

Lahera, G., Jornada de Trastornos Afectivos, organizada por Lundbeck en Barcelona- Progress In Mind. Recuperado de https://psiquiatria.com/depresion/el-trauma-psicologico-infantil-multiplica-por-cuatro-el-riesgo-de-depresion-en-la-edad-adulta/ Visualizado en : https://spain.progress.im/es/content/dr-guillermo-lahera-jornada-de-trastornos-afectivos

Look Through Their Eyes. Recuperado de: https://lookthroughtheireyes.org/los-ninos-pequenos-y-el-trauma/

Terr, L. C. (2003). Childhood traumas: An outline and overview. Focus, 1(3), 322-334.

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