La pasada semana fue la gran fiesta del cine español. Me refiero a los Premios Goya 2014. Éstos, además de traernos grandes imágenes en la alfombra roja y entretenidos momentos y discursos revolucionarios por parte de los actores y actrices más representativos de nuestras pantallas, nos ha regalado un corto digno de un post… Os presento “Cuerdas”.
Cuerdas es un corto del director Pedro Solís, en el cual nos muestra una historia muy personal ambientada en una vivencia personal del director, y es que de la mano de Pedro se nos presenta a Nicolás, un niño afectado desde el nacimiento por una parálisis cerebral. Nicolás llega a un colegio nuevo en el que se encuentra con María. La rutina de María se ve totalmente cambiada con la llegada de este pequeño a su vida.
Al principio del corto podemos observar cómo los niños del colegio le hacen el vacío a Nicolás y como llaman a María “rarita” por acercarse y jugar con él. En muchas ocasiones, podemos observar esta situación en algunos colegios de nuestro país.
Este corto nos invita a reflexionar sobre el papel que ejercemos todos cuando nos encontramos ante una persona discapacitada. En la mayoría de las ocasiones hacemos como todos los niños, lo miramos raro e intentamos no acercarnos mucho por miedo a lo diferente.
Desde la escuela se debe promover un espíritu colaborativo como es el de María. Ella nos muestra la cara positiva de la recuperación, de la ilusión de tener un objetivo y de luchar por ello, porque el tener una discapacidad no nos impide luchar por un objetivo o por un sueño.
Este corto ha llamado la atención de todas las personas que lo han visto, pero especialmente de los que se dedican al tema de la educación. Y esto es importante porque no se nos ha de olvidar que antes que nada, en los colegios debe existir una integración, porque todos somos iguales independientemente de nuestras cualidades personales.
Pero bien es cierto que para una correcta educación inclusiva es importante que los docentes reciban una formación específica en ello que les permita actuar en consecuencia. Y es que la educación inclusiva no puede reducirse simplemente a una mera cuestión curricular, sino que ha de adaptarse a nuestro estilo de vida para por fin comenzar a dar un vuelco a esos pensamientos y acceder a la verdadera igualdad de oportunidades.
Y es que la educación inclusiva rompe con la etiqueta de que no se puede lograr un desarrollo integral y pleno de las personas, garantizando una educación de calidad a lo largo de la vida, basada en la igualdad de oportunidades sin exclusiones, ni segregaciones.
Por todo ello, os animo a que veáis este corto y os animéis a cambiar la visión pesimista que tenemos con este tema. Porque como bien dice el director: “hay cuerdas que no atan, sino que liberan”.
