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Sexualidad e infancia ¿Compatibles?

María Bienvenido Rodríguez

Publicado el 17/03/2020 12:03

La sexualidad infantil sigue estando en el punto de mira de la Educación. Aún se sigue contemplando la idea de que la sexualidad es un tema tabú y que por ello no debe estar contemplado en el currículo de la Educación Infantil. Sin embargo, la sexualidad va más allá de lo que creemos, ya que este término engloba multitud de conceptos que deben ser trabajados diariamente tanto en el aula como en casa.

Antes de continuar, es preciso dejar constancia de que la Educación Sexual debe ser entendido como lo que es: el conocimiento de uno mismo. De acuerdo con la sexóloga Nayara Malnero (2019), en una de sus conferencias acerca de la sexualidad en familia, es fundamental tener presente que esta temática comienza a trabajarse desde el primer momento en el que nuestros educandos e  hijos comienzan a tener dudas sobre su cuerpo, especialmente en cuanto a sus órganos genitales.

Es común presenciar como gran parte de nuestro alumnado, a partir de los cuatro años, comienza a introducir su mano en el pantalón, actitud ante la cual muchos docentes se escandalizan y transmiten un mensaje erróneo: descubrir nuestro cuerpo está mal. Lo mismo ocurre en casa, cuando los niños hacen la pregunta maestra: ¿De dónde vienen los niños? Ante esto, muchos padres no saben que responder y tan sólo justifican que son muy pequeños y cuando sean mayores lo entenderán.

No obstante, esto no repercutirá en nada más y nada menos que en aumentar la curiosidad que tiene el niño por conocer este y otros más aspectos sobre sexualidad, que serán consultados en fuentes cuanto menos apropiadas, como revistas, amigos mayores e inclusive, la pornografía.

La sexualidad está presente desde el momento en el que nacemos y así lo demostró Sigmund Freud con su análisis respecto al desarrollo de la sexualidad infantil (Galán, 2011), demostrando que la sexualidad desde el nacimiento se percibe como una fuente de placer hacia uno mismo, encontrando así diversas fases que se muestran en la Imagen 1.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Imagen 1(Elaboración propia)

Por tanto, de acuerdo con las indicaciones de Hernández y Jaramillo (2003), tenemos que aceptar que la sexualidad está presente desde el nacimiento. Pero llegados a este punto, ¿Qué entendemos por sexualidad?

Dejamos constancia de la importancia que tiene educar en la sexualidad, pero realmente, no existe un concepto global y universal del mismo. Muchos autores discrepan entre unos términos y otros y de entre todos ellos, Formenti (2005), la entiende como una estrategia de enseñanza enfocada a la sexualidad. No obstante, por otro lado García Fernández (1984) intentó explicar este concepto de la sexualidad mediante diferentes modelos que han acompañado la idea de la sexualidad.

Una característica de estos modelos es su bagaje, iniciándose en modelos de actuación tradicionales y finalizando en modelos de actuación actuales.

En primer lugar se encontraría el modelo tradicional, el cual aborda la sexualidad desde el entorno familiar, enfocada esta en la reproducción y el matrimonio. El siguiente modelo es el técnico – instructivo, a través del cual se comenzaba a dar información básica, pero al alumnado mayor de 8 años, dejando así a la infancia más pequeña excluida.

Más adelante, comenzaría a tratarse la sexualidad desde la Educación para la Salud con el modelo sanitario, seguido del modelo psicológico, a través del cual comienza a entenderse la sexualidad como el afecto que sentimos hacia nosotros mismos, es decir, la autoestima y el autoconcepto. Los dos últimos modelos se corresponderían con la visión actual que existe, o debería existir sobre este concepto en la infancia, siendo estos el modelo contestatario, el cual entiende que la sexualidad está presente desde el nacimiento y el modelo relacional, que recoge la Educación Sexual como una dimensión más del desarrollo infantil, ligada íntimamente con el desarrollo socio-afectivo.

Sin embargo, a nivel teórico queda recogida la importancia que tiene la Educación sexual en la infancia, pero, ¿Cómo trabajarla en la escuela?

Como ya se mencionaba en el modelo contestatario, la sexualidad está presente desde el nacimiento, por lo que principalmente desde la escuela deberemos partir de trabajar igualdad de género entre niños y niños y para ello, una alternativa lúdica, divertida y que se compenetra con la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, es el cuento coeducativo.

A través de este cuento se trabajarán tanto los roles tipificados de niños o niñas y se desmitificarán los valores tradicionales de los cuentos de hadas, los cuales si bien son apropiados para ayudar al alumnado a diferenciar entre lo real y lo imaginado, contemplan mucha moralina en cuanto a la tipificación de las labores que antaño se correspondían con las femeninas (limpiar, cuidar a los hijos, cocinar,…) y las masculinas (trabajar, hacer deporte,…). Para ello existen multitud de cuentos a elegir, desde cuentos tradicionales como Blancanieves, la Cenicienta, la Bella Durmiente,… los cuales pueden ser reconvertidos en cuentos coeducativos; como cuentos coeducativos propios tales como la Cenicienta que no quería comer perdices, las princesas también se tiran pedos,… o elaborar nuestros propios cuentos coeducativos.

Por otro lado, tener presente la elaboración de un taller de emociones, teniendo presente la importancia de las mismas, especialmente de acuerdo a la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Gardner (2010) debido a su implicación en las aulas (Amstrong, 2006), es fundamental para trabajar la sexualidad, entre otros aspectos, especialmente porque es a esta edad cuando la construcción de la identidad comienza a agravarse, por lo que será de vital importancia tratar con cautela una construcción positiva y enriquecida de su autoestima y autoconcepto, en relación a su cuerpo, sus emociones hacia sí mismos y hacia los demás; será fundamental además, en este y en todo el proceso educativo, la colaboración familia-escuela.

Asimismo, desde el aula y teniendo en cuenta que la sexualidad también forma parte de la Educación para la salud, como tema transversal en el currículo infantil,  tendremos en cuenta la importancia de una higiene correcta y una alimentación saludable.

Por tanto, desde la escuela es fundamental guiar a las familias para enfrentar este tema de forma natural, empleando siempre un vocabulario correcto, especialmente cuando nos referimos a las zonas genitales y tratando todas sus dudas, inquietudes y actos con total naturalidad, ya que todos hemos sido niños.

Por ello, comenzar por educarles en su propia sexualidad será el primer paso para ayudarles a ser personas tolerantes en el futuro.

Bibliografía:

Amstrong, T. (2006). Inteligencias múltiples en el aula: Guía práctica para educadores. Barcelona: Paidós Ibérica.

Formenti, S. (2005). Educación sexual, adolescencia y sexualidad: Diseño de proyectos. Buenos Aires: Lugar.

Galán, M. (2011). La sexualidad en Educación Infantil. Innovación y experiencias educativas (39), 1-10.

Gardner, H. (2010). Las inteligencias reformuladas: Las inteligencias del S. XXI. Barcelona: Paidós Ibérica

Hernández, G., y Jaramillo, C. (2003). La educación sexual de la primera infancia. Guía para madres, padres y profesorado de Educación Infantil.

Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva entre hombres y mujeres (BOJA, Sevilla)

Malnero, N. (28 de agosto de 2019). Hablemos de sexo con nuestros hijos, ponencia de Nayara Malnero [Archivo de vídeo] Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=3SHT_mmrZF0&t=318s

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