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El apoyo conductual positivo y la intervención en el aula en trastornos del neurodesarrollo

María del Mar Díez Simón

Publicado el 20/12/2022 12:12

El Apoyo Conductual Positivo (ACP) es una técnica de intervención y enseñanza-aprendizaje en la que se parte de la premisa de que las conductas están directamente relacionadas con el contexto en el que se producen, por lo que surgen y se mantienen por variables del entorno de la persona. Debemos recordar que si esas conductas se mantienen es debido a que resultan útiles o placenteras ya que le permiten escapar de una situación desagradable o les sirven para conseguir algo

Con esta idea, la intervención se basa en la adquisición de las habilidades necesarias para conseguir los resultados deseados de una manera más funcional y adaptativa.

¿Conductas problemáticas?

Podemos considerar conductas problemáticas las rabietas, agresiones, desobediencia, negativismo, llamadas de atención, etc… El trabajo docente y terapéutico sanitario debe identificar la causa, el origen, definir la conducta problema y las futuras consecuencias de la intervención.

Este enfoque interviene directamente sobre las conductas problemáticas, pero no se trabaja exclusivamente con (o contra ellas) sino a partir de estrategias preventivas enseñar habilidades alternativas y de adaptación del ambiente.

¿Para quién es el Apoyo Conductual Positivo?

Este conjunto de técnicas es aplicable a cualquier persona con o sin discapacidad, sin embargo, resulta especialmente útil en el abordaje de las conductas problemáticas que pueden presentar las personas con TEA.

La evaluación y análisis funcional de la conducta

Antes de iniciar la intervención, y de forma continua a lo largo de todo el proceso, es necesario realizar un análisis funcional de la conducta en el que se estudian tres aspectos principales:

  • Antecedentes: ¿Qué ocurre antes de la conducta problema? Conocer “el antes de” ayuda a la anticipación de las familias y profesionales, a modificar las variables y los estímulos que pueden fomentar la conducta a eliminar y prepara el ambiente para actuar cuando la conducta aparezca.
  • Conducta: ¿Qué y cuál es la conducta problema? En esta parte lo primero es definir que es una conducta problema, criterios y cuál es la conducta objetivo o deseada que deseamos alcanzar.
  • Consecuencia: ¿Qué pasa después? La reacción el entorno, del menor, que pierde o gana cuando manifiesta la conducta problema es fundamental para saber las razones por las que esta se mantiene.

Por lo tanto, en este análisis es imprescindible examinar la conducta, la frecuencia, la intensidad, lo que sucede antes y después de la conducta y los escenarios y variables en los que se da. De esta forma para que la intervención sea eficaz debe basarse en un profundo conocimiento de la persona, de su contexto social, escolar y familiar, y de la función que desempeña su conducta en dichos contextos.

El análisis funcional de la conducta, ampliamente utilizado por el conductismo radical y terapias contextuales, tiene entre sus objetivos:

  • Describir la conducta problema
  • Identificar las variables implicadas y el contexto
  • Determinar la probabilidad de la presencia de la conducta
  • Identificar el objetivo y función de la conducta
  • Valorar los posibles reforzamientos
  • Especificar conductas alternativas y funcionales presentes que deben fomentarse
  • Proponer estrategias comunicativas presentes
  • Analizar sus intereses, gustos y preferencias.

La intervención desde el Apoyo Conductual Positivo

Es importante tener en cuenta que el objetivo principal de la intervención a través del Apoyo Conductual Positivo es enseñar conductas alternativas que sustituyan a las problemáticas y que tengan su misma función.

En la población infantil con Trastorno del Espectro del Autismo, la intervención buscar mejorar las habilidades de comunicación, socialización y lenguaje mediante adaptaciones ambientales y pequeñas modificaciones en las rutinas.

Hemos de tener en cuenta las principales diferencias respecto a otros métodos:

  • El apoyo conductual positivo preserva el respeto hacia la dignidad de la persona, independientemente de su capacidad cognitiva o nivel de afectación de su trastorno.
  • Ejecuta estrategias que no estigmatizan a la persona.
  • Ofrece el apoyo correcto en el momento justo para que las personas puedan alcanzar su potencial.
  • Se valoran las metas y preferencias, no en exclusiva las de la familia o profesional.
  • Es de carácter preventivo, ya que no espera a que aparezcan las conductas problemáticas para iniciar la enseñanza de habilidades positivas.
  • Recopila información para determinar qué significa el comportamiento de las personas.
  • Empodera a las personas a usar formas mejores y menos dañinas de satisfacer sus necesidades.

Si deseas conocer algunas herramientas para afrontar conductas difíciles, encontrarás numerosas técncias descritas en priemra persona por una ersona con TEA. 

 

Coordinación y trabajo en equipo

Para aplicar correctamente este enfoque es necesaria la colaboración y el trabajo en equipo de la familia, círculo social y de los diferentes profesionales que deben atender a un menor con TEA como, por ejemplo, Psicología, Neuropsicología, Orientación Educativa, Logopedia, Fisioterapia, Terapia Ocupacional, Pedagogía, Enfermería o Psiquiatría. El profesional de Psicología elaborará el plan que facilitará todas las directrices necesarias a familias y profesionales.

Objetivo y Beneficios del APC

El propósito del Apoyo Conductual Positivo es obtener resultados significativos a largo plazo, no solo eliminar o reducir las conductas problemáticas, sino mantener las nuevas conductas alternativas que mejoran su calidad de vida y la de quienes le rodean. La aspiración del modelo es que la persona se desenvuelva mejor en su vida y en los diferentes contextos.

Entre los beneficios de aplicar ACP encontramos el fomento de la autorregulación, prevención de la frustración y problemas conductuales y el desarrollo de las habilidades necesarias para ello.

 

Si deseas saber más sobre esta intervención, informate sobre nuestro Especialista en Trastorno del Espectro Autista Infantil (Doble Titulación con 5 Créditos ECTS) y aprenderás como analizar, valorar e intervenir con población con trastorno del espectro del autismo. 

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